Una historia inventada sobre la violencia
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Isabel era una niña de 10 años siempre que llegaba a su casa se escondía ya que su padre era alcohólico y era muy agresivo,Isabel no le contaba a sus amigos ya que el padre la había amenazado,días después su profesora se dió cuenta ya que el estado de ánimo de Isabel era muy bajo y no se juntaba con nadie,la profesora decidió averiguar por su propia cuenta, vió como el padre de Isabel le insultaba y le pegaba,la profesora puso una denuncia en contra de el padre de Isabel y al llegar a ver lo que sucedía vio a Isabel tirada en el suelo y sangrando,la profesora trajo a la policía y la policía lo detuvo,días después la profesora se hizo cargo de Isabel y ella hiba a psicología ya que tenía el trauma y cuando lo superó Isabel decidió contar su historia a los 23 años para alertar y orientar a los niños y niñas..fin
Explicación:
Espero haber ayudado :3 ;3
Respuesta:
MARIA DEL ROSARIO SAUCEDO PIZARRO
Madre de un niño de cinco años de edad, María vivía con su pareja Luis Alberto Lozada García, de 25 años, en una vivienda sencilla ubicada en la región peruana de Piura, donde ambos habían iniciado una familia.
La ilusión poco a poco llegó a su fin con discusiones y peleas que dieron paso a una ruptura definitiva de la relación por parte de María.
Luis no aceptó esta nueva realidad e insistía en una nueva oportunidad, pero ella se mantenía firme. María lo había denunciado en varias ocasiones por agresiones en su contra. El peligro era latente.
Los celos fueron la excusa de Luis para acabar con la vida de María durante la noche del 20 de noviembre. Otra discusión, otra pelea y reclamos injustificados que lo llevaron a tomar un cuchillo y apuñalarla más de diez veces.
María suplicó, sus gritos se escucharon por toda la zona y los vecinos intentaron ayudar, pero sus esfuerzos no evitaron la tragedia que se avecinaba. Luis intentó suicidarse minutos después, sin embargo, la Policía lo evitó y ahora está en un hospital, donde se encuentra custodiado y a la espera de pagar por el atroz crimen.