Filosofía, pregunta formulada por lluviaflores023, hace 4 meses

si algo posee cuerpo y mente es suficiente para que sea una persona​

Respuestas a la pregunta

Contestado por kevinrojaspaco
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Respuesta:

no es una persona

Explicación:

por que todos los animales tienen mente, para que este en un cuerpo es diferente al ser humano morfologicamente puede ser un Delfin un perro etc. no tiene la capacidad de razonamiento del ser humano

Contestado por Isaris1A
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Respuesta:

Para ser humano necesitamos pasar de ser objeto (cosa) a ser sujeto; de ser algo (cosificación) a ser alguien; de preguntarnos qué soy a preguntarnos quién soy: en esto consiste ser persona.

28 DE MAYO DE 2004 - 08:05

Es una transformación que vuelve a poner de relieve la dicotomía entre cuerpo y alma o cerebro y mente. La dimensión humana se mide precisamente por la capacidad de preguntarse y reflexionar sobre sí mismo. Es lo que de un modo un tanto abstracto se llama autoconciencia. La autoconciencia es la capacidad que tenemos los humanos de reconocimiento de algo, de darnos cuenta (percatarnos) de nuestra situación o de cualquier cualidad de la realidad tanto externa como interna. Esto incluye un aspecto fundamental como es el de la conciencia moral, la capacidad de obrar adecuadamente en base a la distinción entre el bien y el mal. En realidad, la autoconciencia, como puedes ver, se puede asimilar a conciencia (o conciencia), aunque literalmente significaría conciencia propia. En definitiva, puesto que el ser humano es un sujeto, tiene conciencia y por ello es persona.

Origen del concepto...

Es un concepto de origen griego que significa máscara, y que alude a los papeles que los actores representaban en las tragedias clásicas. De ahí derivan personajes (actores). La filosofía atribuye a un filósofo del S. IV llamado Boecio la doble definición de persona como sustancia individual y como naturaleza racional. Individualidad y racionalidad aparecen pronto como dos rasgos que seguirán siendo considerados básicos para definir a la persona. Individualidad como autonomía, responsabilidad de nuestros actos; y racionalidad, cualidad esencial del ser humano.

El concepto adquirió con Kant una mayor precisión, al significar el rasgo distintivo de los humanos como la capacidad de libertad y autonomía para dotarse de leyes morales no deterministas, como ocurría en la naturaleza. El ser humano basa su dignidad en sus cualidades morales, en su libre albedrío, en su voluntad autónoma para decidir sobre sus actos. La moralidad es el reino de la libertad frente a la naturaleza, que lo es del determinismo.

El personalismo

El concepto adquirió una nueva dimensión con la corriente filosófica conocida como Personalismo. El punto de partida es que los humanos son la combinación de cuerpo y alma, materia y espíritu, cerebro y mente. Es ambas cosas a la vez. Su principal representante fue Mounier quien de la mano de otra corriente filosófica llamada Fenomenología estableció la intencionalidad como un rasgo distintivo nuestro. La intencionalidad nos permite decidir sobre las acciones, por lo que es un componente importante de nuestra humanidad. La intencionalidad permite abrirnos al mundo y a la realidad, y nos libera de la parte natural más determinista. Por eso podemos cambiar y decidir lo que hacemos en un momento dado. No estamos programados por la genética, por la naturaleza de un modo tan rígido como los animales. Mounier estableció un concepto llamado entre relacional, fuente de la comunicación interpersonal, de las relaciones yo-tú.

Los personalistas resumen los rasgos de la persona en estos: a) Existencia encarnada, que significa que somos de carne y hueso, pero poseemos intimidad y apertura al mundo; b) Comunicación, porque los otros no son mis enemigos (no son el infierno, como dijo Sastre), sino la condición necesaria de mi humanidad, al permitirme crecer y enriquecerme, a partir de la interacción yo-tú; c) Libertad condicionada, que es la que nos permite comprometernos, al ser como una propuesta y una posibilidad; compromiso como rasgo que se adquiere en la relación con los otros y su humanidad; capacidad crítica para decir no y mejorar; dignidad de no subordinarse a las cosas materiales; y proximidad y amistad, pues al vivir en sociedad se relaciona con los seres más cercanos para su realización.

Los humanos tenemos una dimensión esencial que es la sociabilidad, como ya demostrara Aristóteles. Nacemos dentro de ciertos grupos sociales que van a ser algo así como el molde en que nos vamos a desarrollar: nacemos en una familia dada, en un barrio determinado, en una ciudad y no en otra, en un país, etc. Y es en el interior de esos grupos que vamos a desarrollar nuestra identidad. Probablemente somos más un producto social y cultural que natural.

¿Te has detenido a pensar que el nacer en un sitio o en otro es puro azar? ¿Te has imaginado alguna vez qué hubiera ocurrido de haber nacido en otro país u otra familia? Así pues, la identidad personal, el quién soy se va construyendo en la sociedad de una manera que es como una interacción o, mejor, una dialéctica entre presiones diferentes basadas en la singularidad de cada uno, su identidad personal, y las presiones del contexto/molde, las del entorno social.

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