segun la opción de Martínez Estrada,los gauchos era el reivindicados o despreciados por sus características y forma de vida?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Ezequiel Martínez Estrada escribió en un lapso de diez años tres libros: Muerte y transfiguración de Martín Fierro; ensayo de interpretación de la vida argentina (1948), El mundo maravilloso de Guilllermo Enrique Hudson (1951), y El hermano Quiroga (1957).Y durante toda su obra Estrada predicó que la modernización de América Latina debía estar cimentada, antes que nada, en su propia idiosincrasia. De lo contrario el resultado estaba a la vista en Buenos Aires, la París postiza y bárbara por dentro, o en la garçonne que se pintaba ojeras, usaba polleritas cortas y por dentro era una vestal incorruptible o, ya en un terreno propiamente político, en la reaparición sistemática de la barbarie simbolizada para él en el peronismo.
No es que para Martínez Estrada la autenticidad fuera folclórica, simplemente ella es la necesidad y el reconocimiento de que la modernización debe partir de la tradición. Lo contrario es el delirio de Sarmiento de querer ponerle frac al gaucho. El peso de la figura de Sarmiento fue tal vez el gran móvil de Martínez Estrada, una y otra vez intentará rebatirlo. Precisamente Hernández, Hudson y Quiroga son tres escritores con vidas y obras contrapuestas a la del autor del Facundo. En cada uno de ellos el conflicto entre la naturaleza y la cultura es la clave para entender sus obras, pero se resuelve de manera distinta a la del presidente argentino. Y en cada uno de ellos su vida es esencial para entender la obra. El patricio Hernández se vuelca a escribir sobre lo que su clase desprecia por vulgar y toma partido por el gaucho; Hudson es el autoexilado que pasa el resto de su vida contando las aventuras que vivió en América Latina y que no encuentra en la civilizada y aburrida Inglaterra; Quiroga es el diplomático que se encuentra a sí mismo en la soledad de la selva, que es planta en ésta y yuyo en la ciudad. Son tres inadaptados. Como también lo es el propio Martínez Estrada. Sus vidas y sus obras lo atestiguan.
¿Por qué le interesan estos tres autores a Martínez Estrada? Antes que nada por la razón del artista, los considera insuperables en sus estilos. Pero esto no es suficiente. Ellos le sirven en realidad para continuar lo inaugurado en su Radiografía de la pampa donde su principal tesis decía así: "Nuestra barbarie ha estado, bajo ciertos aspectos, fomentada por los soñadores de grandezas, y muchos de nuestros más perjudiciales males se deben a que esa barbarie no fue reducida por persuasión a las formas civiles, sino suplantada de golpe y brutalmente por todo lo contrario; en que, simplemente, se le cambió de signo". Hernández, Hudson y Quiroga son soluciones distintas al mito sarmientino que funda la Argentina moderna. Son el tañer de la otra campana.
En el mundo fronterizo que revela Hernández civilización y barbarie se confunden hasta que resulta muy difícil identificar dónde está cada cual. En los libros de Hudson, Estrada descubre no sólo el ambiente de la región que todavía no había sido nombrado, sino, tan importante como ésto, el vuelco definitivo hacia la naturaleza y la importancia de vivir en armonía con ella. Algo muy similar a lo de Quiroga, que lo lleva a la práctica hasta las últimas consecuencias. Pocos personajes (y obras) hay donde el conflicto entre naturaleza y cultura sea vivido tan intensamente como en Quiroga.
La vida de Martínez Estrada
El padre de Ezequiel Martínez Estrada (1895-1964) llega desde Navarra con la intención de hacer fortuna fácil en América y volverse a España. Su futuro será el mismo que el del padre de Hudson, comienza en esta tierra una lenta, aunque persistente decadencia económica y moral. Desarraigado, desencantado, con sus sueños hechos trizas, pierde la noción de quién es. Su madre, también española, era de familia más acomodada y no se adapta a la vida de provincia. Se separan luego de haber tenido tres hijos. También se separará Martínez Estrada de ellos siendo muy joven. A su madre no la vuelve a ver sino una vez más en la vida cuando ésta lo visita en su enfermedad. A su padre lo volverá a ver recién cuando tiene sus primeros libros de poemas publicados. Martínez Estrada nació y vivió en pueblos de provincia hasta que su familia debe trasladarse a Buenos Aires, en el comienzo del fin del paraíso infantil. Al período de su niñez lo recordará con gran nostalgia atribuyéndole el origen de buena parte lo que le pasó en su vida.