¿Sabías que la saliva es uno de los mecanismos de defensa del cuerpo? ¿Y que junto a la masticación juegan un papel importante para la salud bucal?. Explica
Respuestas a la pregunta
Resumen:
HOLI ESPERO QUE TE SIRVA
Función de la saliva en la Masticacion
Durante la masticación, las glándulas salivales segregan saliva, que humedece los alimentos y ayuda a descomponerlos aún más. Aparte de contener enzimas digestivas, la saliva facilita la masticación y la deglución (sobre todo de los alimentos secos).
Explicación:
¿Qué sería de nosotros sin ellos?
La boca y los dientes forman tu sonrisa, que a menudo es lo primero que percibe la gente cuando te mira. Además, la boca es fundamental para hablar: la lengua (que también nos permite saborear los alimentos) nos permite formar las palabras con la ayuda de los labios y los dientes. La lengua fricciona o golpea los dientes para producir ciertos sonidos; el sonido z, por ejemplo, se produce cuando la lengua roza la hilera superior de dientes. Si una persona cecea, significa que su lengua toca los dientes en vez de apoyarse directamente tras ellos al pronunciar palabras con el sonido s.
Sin los dientes, sólo podríamos seguir una dieta líquida o de alimentos blandos o triturados. Las partes más duras del cuerpo, los dientes, son necesarias para la masticación, el proceso por el cual desgarramos, cortamos y molemos los alimentos preparándolos para la deglución. La masticación permite que las enzimas y lubricantes que se segregan en la boca faciliten la digestión, o descomposición de los alimentos. Esto convierte a la boca en uno de los primeros pasos en el proceso digestivo. Sigue leyendo para descubrir de qué manera cada aspecto de la boca y de los dientes desempeña un papel importante en nuestra vida cotidiana.
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Boca y dientes
La boca y los dientes ayudan a hacer la digestión porque cortan los alimentos, pero también son fundamentales para el habla.
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Anatomía básica de la boca y de los dientes
El interior de la boca está cubierto de mucosas. Del mismo modo que la piel recubre y protege el exterior del cuerpo, las mucosas recubren y protegen su interior. Las mucosas producen moco, lo que las mantiene húmedas.
La parte superior de la boca, cubierta por una membrana, se conoce como paladar. La parte delantera consiste en una porción ósea denominada paladar duro y la parte posterior carnosa se conoce como paladar blando. El paladar duro separa la boca de la nariz, que está ubicada justo encima. El paladar blando forma una especie de cortina entre la boca y la garganta (o faringe) en la parte posterior de la boca. El paladar blando contiene la úvula, la parte carnosa que cuelga en el fondo de la boca. Las amígdalas están ubicadas a ambos lado de la úvula y parecen pilares gemelos que sostienen la abertura de la faringe.
Un haz de músculos se extiende desde la base de la boca para formar la lengua. La superficie superior de la lengua está cubierta de diminutas protuberancias denominadas papilas, que nos permiten captar los sabores. En la lengua, hay cuatro tipos de papilas gustativas: las que pueden detectar los sabores dulces, salados, agrios y amargos.
Tres pares de glándulas salivales, ubicadas en las paredes y la base de la boca, segregan saliva, que contiene una enzima digestiva denominada amilasa, encargada de iniciar la descomposición de los hidratos de carbono incluso antes que los alimentos entren en el estómago.
Los labios están cubiertos de piel por la parte exterior y de mucosas resbaladizas en el interior de la boca. El principal músculo del labio, denominado orbicular, permite mover libremente los labios. La coloración rojiza de los labios proviene de los vasos sanguíneos subyacentes y por este motivo los labios sangran tan fácilmente cuando se lesionan. La parte interna de los labios está conectada a las encías.