Tratamiento de datos y azar, pregunta formulada por rojos1634, hace 2 meses

resumen por capitulo de la novela mene de Ramón Diaz Sanchez​

Respuestas a la pregunta

Contestado por julissaarias469
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Respuesta:

En La Playa, desde le víspera, estaba la comisión de los notables estirando la manocordial a los recién llegados. Sobre la onda rizada balanceábase la

Linda

, y desde su panetaazul se tendía una escala de risas hasta la orilla de barro oleaginoso. Contraste agudo decasacas negras y fajas amarillas entre el verde impaciente de la decoración.Bajó primero el cura, gordo, zambo, risueño, y las cañas del cimbrado malecóngimieron bajo sus botines. Detrás, el maestro de canto y los músicos de la orquesta. Porúltimo, los capitalinos locuaces, una concurrencia gárrula y acicalada con ínfulasconquistadoras.

—  

Venga, padre, por aquí. ¿Ya como que olvidó el camino? ¡Qué cabimero este!La socarrona familiaridad ponía chiquiticos los ojos de las pueblerinos al abrazar a lagente ciudadana. Se les salía el alarde vanidoso de ofrecerles su hospitalidad.

—  

Hombre, Rudecindo: ¡qué gordo estáis, criatura! Ya se ve que las cosas andan buenas por la capital.

—  

¡Epa, compadre Ángel! ¿Como que no conocéis? Por allá te espera la comadre.

—  

A ver: contáme, ¿cómo está ese Maracaibo? Y las muchachas ¿como que no vienena la fiesta?

—  

Decime: ¿Cirita y que se casó?

—  

¿Qué hubo de la casa? ¿La vendieron por fin?

—  

¿Trajeron gallos, ah? Por aquí hay una cuerdita, y de Lagunillas y La Rita vienen losgalleros. Habrá unas cuantas peleas buenas.

—  

¿Cómo está el ahijado, compadre?Rompió a tocar la orquesta a la llegada de un señor caballero en un pollino. El cura fuea su encuentro. Se abrazaron.

—  

¿Cómo está ese jefe civil?

—  

tronó el levita

—  

. Creí que te habías muerto sin laabsolución. Y tu gente, ¿qué tal? ¿Mucha animación para la fiesta?Hombre flaco, con cara de profeta endomingado, el Jefe Civil posó en el polvo sus botines engrasados y sacóse el ancho fieltro.

—  

Ya lo veis, padre: como siempre. Este pueblo

no quiere nada

con su Virgen. La quehe tenido un poco quebrantada es a Zulema, pero ya está otra vez parapetada. Si queréiscogemos para allá enseguida, a menos que no vais primero a la iglesia.

—  

Sí, pasemos por la iglesia: quiero ver como está la sacristía. ¿Hiciste componer eltecho?

—  

¡Cómo no! Ya no se llueve. Pero aquí, cada día me convenzo más de que hace faltaun cura. La gente pobre se muere sin confesión. Ya sabéis lo que nos cuesta a nosotrosmismos un viaje a Maracaibo o a La Rita; lo estamos pensando un año. ¿Qué dice el obispo?Echaron a andar por la calle polvorienta, orillada de frondas. Abrían la marcha el jefe,cuyo burro traía del diestro un asistente de peinilla terciada, y el cura.  

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