resumen del capítulo 3 del último espía
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Extrañaba que Raggio lo odiara: en él esas innovaciones habían pasado inadvertidas, pero Lobato las había convertido en un éxito. Otro elemento ataba a Raggio a los ataques: en su juventud había estudiado Medicina. Eso lo conectaba con el fémur, pero no con el trípode ni con la piedra azul.
Tres días más tarde Lobato me llamó. Pensé que me iba a anunciar un nuevo ataque: un matafuegos, una guía telefónica, un reloj cucú.
—¿Hubo novedades? —pregunté al poeta damnificado.
—Una extraña novedad.
—¿Con qué lo atacaron esta vez?
—Eso es lo raro. Ayer me enviaron una invitación firmada por una tal Gladys. Me citaba en una confitería. Pensé que era una trampa, pero de todos modos fui: las mujeres son la trampa en la que todos los poetas tenemos permitido caer. Llego al bar y me encuentro con que la tal Gladys existe, resulta linda y simpática, de conversación interesante, de comentarios atinados. Apenas empezamos a conversar me revela que no escribió ninguna invitación: la llevaron al bar engañada, como a mí.
—Esto me resulta más extraño todavía que los ataques.
—Pero yo, aunque no estoy acostumbrado a estos enigmas policiales y batallo solo con los misterios de la poesía, he hallado la solución: mi agresor, arrepentido por sus ataques, ahora quiere hacerme feliz. Por eso ha hecho que encuentre el amor de mi vida.
—Espere un poco. Puede tratarse de todas maneras de una trampa.
—Yo miré a esa chica a los ojos y sé que dice la verdad.
Espero haberte ayudado, coronita por favor, me estoy muriendo XD
Respuesta:
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Explicación:
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