resumen de el cuento las manchas del jaguar
pls es para hoy
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
el cuento es popular por las manchas xd
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Las manchas del jaguar:
Cuenta una antigua leyenda que hace miles de años, cuando todavía no existía el ser humano, hubo un jaguar al que sucedió algo muy especial. Como a todo buen felino le encantaba pasear por el bosque envuelto en la oscuridad de la noche y escalar la montaña durante el día, pero sin lugar a dudas su afición favorita era lamer su propio pelaje, tan amarillo y brillante como el mismísimo sol. Una tarde de verano estaba dormitando bajo un árbol de aguacate cuando de repente se sobresaltó al escuchar unos ruidos rarísimos sobre su cabeza.
Entre sorprendido y enfadado les gritó
El jaguar, que ya tenía una edad en la que no soportaba ese tipo de tonterías, empezó a perder la paciencia.
Por poco tiempo, eso sí, pues la mala suerte quiso que uno de los aguacates se estrellara en el lomo del jaguar.
El presumido felino se puso, nunca mejor dicho, hecho una fiera
El mono mostró las marcas largas y ensangrentadas que las garras habían dejado sobre su piel. Yum Kaax, dios protector de las plantas y los animales, vivía en la montaña y era muy querido por su bondad, sabiduría y amabilidad. Recibió a los tres monitos con un sonrisa, los brazos abiertos y luciendo en la cabeza su característico tocado con forma de mazorca de maíz. El mono que había tenido la idea de solicitar audiencia a la divinidad se disculpó.
– Señor, perdone que le molestemos a estas horas, pero hemos tenido un grave encontronazo con un jaguar. Los monos agacharon la cabeza avergonzados. Los tres amigos abrieron la boca para protestar, pero el dios no les dejó.
Los monos no pillaron la gracia y solo el dios se rio de su propio chiste. Se quedó unos segundos pensativos y decidió el castigo para el felino. – Dejaré que volváis a subir al árbol y le lancéis unos cuantos aguacates al lomo.
El dios tomó aire e hizo una advertencia
Los tres monos dijeron que sí con la cabeza. – Y la segunda, deben ser aguacates muy maduros, de los que ya no se pueden comer porque están muy blandos y oscuros, a punto de pudrirse. Los monos aceptaron las condiciones y tras dar las gracias a Yum Kaax se fueron directos al árbol de aguacate. Al llegar comprobaron que el jaguar había ido a bañarse al río, por lo que aprovecharon su ausencia para ocultarse entre las ramas.
Ahí viene… ¡Preparemos el arsenal!
En cuanto escucharon los resoplidos, los tres primates cogieron varios aguacates blandengues, que por cierto ya olían bastante mal, y se los lanzaron sin contemplaciones.
El jaguar corrió a lavarse al rio, mas por mucho que se puso a remojo, las manchas no se disolvieron. Desde ese día, los monos tienen prohibido jugar a guerras de aguacates y todos los jaguares tienen manchas.
