relaciones del cantar del mio cid con los siguientes conceptos: héroe, fidelidad, feudalismo y honor
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
La relación rey-vasallo es como el hilo unificador de los tres cantares que conforman el Poema de Mío Cid. Todo comienza con la ruptura de la armoniosa relación que existe entre el rey de Castilla y León, Alfonso VI, y su vasallo, Mío Cid Ruy Díaz, quien es deshonrado por calumnias de sus enemigos y al ser desterrado pierde no sólo el favor de su rey, sino también sus heredades o bienes. Luego, en el segundo cantar, Alfonso VI casa a las hijas del Cid una vez que éste se ha ganado el perdón, pero los matrimonios son deshechos en el tercer cantar porque los esposos deshonran al Cid al maltratar a sus hijas; el rey termina enjuiciando legalmente a los ofensores para devolverle la honra al Cid, reestableciéndose así la armonía perdida entre ellos y formándose lazos aún más fuertes sólo cuando el vasallo asciende a la categoría de héroe una vez que su señor reconoce sus hazañas.
No se puede hablar del Poema de Mío Cid sin aludir al binomio rey-vasallo, el cual es, a nuestro parecer, la relación básica de la sociedad medieval de la Península Ibérica en tiempos de la reconquista. Nos interesa examinar en este trabajo qué tipo de relación guardan el rey y el vasallo. Según Gustavo Correa, la relación rey-vasallo está vinculada al tema de la honra, y es ésta la que le da un carácter unitario a la estructura artística del poema (185). Compartiendo esta idea, comenzaremos por ahondar un poco más en la naturaleza de esta honra y señalar su función en la relación rey-vasallo que se convierte luego en rey-vasallo héroe en el Poema de Mío Cid.
Como se ha perdido la primera hoja de nuestro poema, tenemos la opción de leerlo desde el destierro o de considerar La crónica de veinte reyes, donde se nos dice que Alfonso VI creyó a los envidiosos del Cid que éste había retenido para sí parias cobradas al rey moro de Sevilla y que lo hizo porque “estava muy sañudo e mucho irado contra él, creyólos luego” por envidia personal (Menéndez Pidal 102). Preferimos no usar la crónica o la versión histórica por tratarse de otro texto que no es materia de nuestro estudio.
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