Realizar un análisis en un ensayo sobre el imperialismo del siglo XIX
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Respuestas a la pregunta
Respuesta: que te sirva
Explicación: Dos grandes zonas del mundo, África y el Pacífico, fueron totalmente divididas por razones prácticas. No
quedó ningún Estado independiente en el Pacífico, que fue totalmente dividido entre británicos, franceses,
alemanes, neerlandeses, norteamericanos y japoneses. En 1914 África pertenecía a los imperios británico,
francés, alemán, belga, portugués y español, con la excepción de Etiopía, la República de Liberia en el África
occidental y una parte de Marruecos que todavía resistía la conquista total.
El propósito de este artículo es analizar las principales razones que motivaron a las potencias
europeas: Inglaterra, Francia, Alemania, Holanda, Portugal y Bélgica, a desarrollar una carrera imperialista en
Asia y África, principalmente. Además, de reflexionar en torno a las consecuencias que trajo para el tercer
mundo este proceso imperialista y las circunstancias sociales y económicas sobre las cuales se llevó a cabo
el neocolonialismo.
El imperialismo del fines del siglo XIX y comienzos del XX fue un proceso motivado
por diferentes razones, principalmente económicas y estratégicas, que arrojó como
consecuencia directa la explotación de millones de habitantes del tercer mundo, y
posteriormente, derivó en un conflicto bélico (resultado directo del imperialismo y de la
carrera armamentista europea de la época) de grandes proporciones entre las potencias
imperialistas de turno. El propósito de este análisis es mencionar y reflexionar en base al
camino que tomó este afán imperialista del siglo XIX y a los resultados que arrojó para el
curso de la historia del siglo XX.
Un mundo en el que el ritmo de la economía estaba determinado por los países
capitalistas desarrollados o en proceso de desarrollo existentes en su seno tenía grandes
probabilidades de convertirse en un mundo en el que los países “avanzados” dominaran a
los “atrasados”: en definitiva, convertirse en un mundo imperialista. Pero,
paradójicamente, el periodo transcurrido entre 1875 y 1914 se le puede calificar como era
del imperio no solo porque en el se desarrolló un nuevo tipo de imperialismo, sino también
por otro motivo ciertamente anacrónico. Probablemente fue el periodo de la historia
moderna en que hubo mayor número de gobernantes que se autotitulaban “emperadores”
o que eran considerados por los diplomáticos occidentales como merecedores de ese
titulo.