Quien es el padre de la zoologia con sus principales aportes
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El Padre de la Zoologia fue :
Jean-Baptiste-Pierre-Antoine de Monet, Caballero de Lamarck , fue un naturalista francés, uno de los grandes nombres de la época de la sistematización de la Historia Natural, cercano en su influencia a Linneo, el conde de Buffon y Cuvier.
Lamarck formuló una de las primeras teorías de la evolución biológica, acuñó el término «biología» para designar la ciencia de los seres vivos y fue el fundador de la paleontología de los invertebrados.
En Lamarck la capacidad de trabajo y de anticipación a su tiempo fueron excepcionales. Sus aportaciones a la biología se pueden resumir en lo siguiente:
•el concepto de organización de los seres vivos
•la clara división del mundo orgánico del inorgánico
•una revolucionaria clasificación de los animales de acuerdo a su complejidad
•su concepción de la interacción organismo-ambiente en el proceso de adaptación.
Lamarck distingue entre universo (conjunto de la materia) y naturaleza (orden de cosas particular y constante).
Esta distinción general es paralela a la establecida entre hechos y relaciones: para Lamarck no sólo es necesaria la observación y estudio de los hechos y objetos, sino también de sus partes, las relaciones entre estas y las relaciones de los objetos con los demás y de todos ellos con su entorno.
El naturalista ha de estar siempre atento para que las leyes que postula no procedan de la imaginación sino de la realidad empírica.
Su trabajo ha de consistir en observar y recopilar los hechos y, por vía de sucesivas inducciones, abstraer con rigor lógico las leyes que los expliquen del modo más amplio y consistente.
La clasificación lamarckiana se basa en criterios funcionales. El sistema nervioso central es el punto de partida, pues a partir de su centralización y complejificación progresiva puede construirse la cadena de los seres.
Así, Lamarck clasifica a los animales en tres grandes grupos: aquellos dotados de irritabilidad (invertebrados inferiores), aquellos que poseen además el «sentimiento interior» (invertebrados superiores) y aquellos que revelan inteligencia y voluntad (vertebrados).
Para Lamarck, la vida es un fenómeno natural consistente en un modo peculiar de organización de la materia. En este sentido, considera que los organismos vivos están formados por los mismos elementos y las mismas fuerzas físicas que componen la materia inanimada; los reinos animal y vegetal sólo difieren, por tanto, del reino mineral por el modo de organización interna de los mismos elementos.
Para explicar la coexistencia temporal de organismos de distinto grado de complejidad, Lamarck postula que la naturaleza está permanentemente produciendo nuevas formas de vida.
Lamarck postula dos fuerzas evolutivas cuya combinatoria habría conformado un árbol filogenético ramificado: por un lado, la tendencia intrínseca de la naturaleza hacia el aumento de la complejidad daría cuenta del tronco ascendente que puede trazarse desde los organismos más sencillos hasta los más complejos; por otro, la acomodación de los organismos a las circunstancias externas y la herencia de tales adaptaciones explicaría las desviaciones que ramifican esa gradación regular:
El movimiento de los fluidos en el interior de los animales, movimiento que se acelera progresivamente con la mayor composición de la organización; y la influencia de las circunstancias nuevas, a medida que los animales se expusieron a ellas expandiéndose por todos los lugares habitables, fueron las dos causas generales que llevaron a los diferentes animales al estado en el que los observamos actualmente.
El transformismo de Lamarck suele describirse atendiendo tan sólo a estas dos últimas leyes básicas, formuladas en su Filosofía zoológica y completadas en la Historia natural de los animales sin vértebras: la ley del uso y desuso de los órganos y la ley de la herencia de los caracteres adquiridos.
Así, en una primera fase, el movimiento de los fluidos internos del organismo, desatado por su comportamiento, provocaría el sobredesarrollo o la atrofia de los órganos (ley del uso y desuso de los órganos); en una segunda fase, tales modificaciones se transmitirían a los descendientes por gemación (ley de la herencia de los caracteres adquiridos).
Jean-Baptiste-Pierre-Antoine de Monet, Caballero de Lamarck , fue un naturalista francés, uno de los grandes nombres de la época de la sistematización de la Historia Natural, cercano en su influencia a Linneo, el conde de Buffon y Cuvier.
Lamarck formuló una de las primeras teorías de la evolución biológica, acuñó el término «biología» para designar la ciencia de los seres vivos y fue el fundador de la paleontología de los invertebrados.
En Lamarck la capacidad de trabajo y de anticipación a su tiempo fueron excepcionales. Sus aportaciones a la biología se pueden resumir en lo siguiente:
•el concepto de organización de los seres vivos
•la clara división del mundo orgánico del inorgánico
•una revolucionaria clasificación de los animales de acuerdo a su complejidad
•su concepción de la interacción organismo-ambiente en el proceso de adaptación.
Lamarck distingue entre universo (conjunto de la materia) y naturaleza (orden de cosas particular y constante).
Esta distinción general es paralela a la establecida entre hechos y relaciones: para Lamarck no sólo es necesaria la observación y estudio de los hechos y objetos, sino también de sus partes, las relaciones entre estas y las relaciones de los objetos con los demás y de todos ellos con su entorno.
El naturalista ha de estar siempre atento para que las leyes que postula no procedan de la imaginación sino de la realidad empírica.
Su trabajo ha de consistir en observar y recopilar los hechos y, por vía de sucesivas inducciones, abstraer con rigor lógico las leyes que los expliquen del modo más amplio y consistente.
La clasificación lamarckiana se basa en criterios funcionales. El sistema nervioso central es el punto de partida, pues a partir de su centralización y complejificación progresiva puede construirse la cadena de los seres.
Así, Lamarck clasifica a los animales en tres grandes grupos: aquellos dotados de irritabilidad (invertebrados inferiores), aquellos que poseen además el «sentimiento interior» (invertebrados superiores) y aquellos que revelan inteligencia y voluntad (vertebrados).
Para Lamarck, la vida es un fenómeno natural consistente en un modo peculiar de organización de la materia. En este sentido, considera que los organismos vivos están formados por los mismos elementos y las mismas fuerzas físicas que componen la materia inanimada; los reinos animal y vegetal sólo difieren, por tanto, del reino mineral por el modo de organización interna de los mismos elementos.
Para explicar la coexistencia temporal de organismos de distinto grado de complejidad, Lamarck postula que la naturaleza está permanentemente produciendo nuevas formas de vida.
Lamarck postula dos fuerzas evolutivas cuya combinatoria habría conformado un árbol filogenético ramificado: por un lado, la tendencia intrínseca de la naturaleza hacia el aumento de la complejidad daría cuenta del tronco ascendente que puede trazarse desde los organismos más sencillos hasta los más complejos; por otro, la acomodación de los organismos a las circunstancias externas y la herencia de tales adaptaciones explicaría las desviaciones que ramifican esa gradación regular:
El movimiento de los fluidos en el interior de los animales, movimiento que se acelera progresivamente con la mayor composición de la organización; y la influencia de las circunstancias nuevas, a medida que los animales se expusieron a ellas expandiéndose por todos los lugares habitables, fueron las dos causas generales que llevaron a los diferentes animales al estado en el que los observamos actualmente.
El transformismo de Lamarck suele describirse atendiendo tan sólo a estas dos últimas leyes básicas, formuladas en su Filosofía zoológica y completadas en la Historia natural de los animales sin vértebras: la ley del uso y desuso de los órganos y la ley de la herencia de los caracteres adquiridos.
Así, en una primera fase, el movimiento de los fluidos internos del organismo, desatado por su comportamiento, provocaría el sobredesarrollo o la atrofia de los órganos (ley del uso y desuso de los órganos); en una segunda fase, tales modificaciones se transmitirían a los descendientes por gemación (ley de la herencia de los caracteres adquiridos).
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