quien era nuestro vecino antes de la guerra
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por favor indica pais y fecha de la guerra
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El 21 de septiembre se celebra el Día Internacional de la Paz, con el lema "Colaboradores por la Paz; dignidad para todos". También es el Día Global de Roots&Shoots (Raíces y Brotes), el programa educativo fundado por la Dra. Jane Goodall para movilizar a los jóvenes a trabajar por un mundo mejor para todos, jóvenes de más de 130 países ya, incluyendo España y América Latina. En vísperas de este día en que estará en la sede de la ONU en Nueva York como Mensajera de la Paz, la Dra Goodall ha querido compartir estas reflexiones:
"El Día Internacional de la Paz acontece en un mundo en el que, para muchos, la idea misma de vivir en paz debe de parecer irreal, como un sueño lejano. En este día más que nunca, debemos dedicar nuestro pensamiento a quienes viven en países desgarrados por la guerra y la violencia, y a quienes huyen de sus hogares para escapar de un horror indecible o de una pobreza mortal, y orar por ellos. Siento una profunda gratitud hacia quienes no sólo sienten preocupación por la crisis de los refugiados sino que, además, han dado el paso de ayudar activamente: dando la bienvenida a personas cansadas, afligidas y desesperadas; abriendo sus casas; poniendo de su parte lo que está a su alcance con donaciones de alimentos, tiempo o dinero.
"Durante meses hemos sido testigos de la difícil situación de miles de refugiados en su camino hacia Europa y países vecinos. Para la mayoría de la gente que veía en sus pantallas de televisión la oleada de personas desesperadas, resultaba impactante y trágico, pero irreal. Era una tragedia demasiado vasta para comprenderla en toda su extensión. Y luego una imagen, de entre las miles que arribaron, nos caló hondo en el corazón. Un niño sirio de 3 años, Aylan Kurdi, se había ahogado en el mar Mediterráneo junto con su hermano y su madre. La foto mostraba el pequeño cuerpo que las olas habían depositado en la arena. Y la imagen se volvió viral. Aylan se convirtió en un símbolo de la crisis de los refugiados que llegan a Europa. De repente nos vimos conectados, visceralmente, con la realidad de esa crisis. "¿Y si hubiera sido nuestro hijo?", pensaron muchos padres.
"Son las historias personales las que tocan más certeramente nuestros corazones y nos ayudan a comprender que estos refugiados son personas reales, con esperanzas y temores. Nos ayudan a imaginar a qué extremo deben de llegar la desesperación, el terror y la desesperanza como para que uno se lance a arriesgar su vida y las de sus hijos en busca de seguridad. Y paz.
"Este lunes 21, cuando la campana de la paz resuene en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, pensemos todos, y hagámoslo detenidamente, si hay algo que podamos hacer para marcar una diferencia. Porque ya no podemos dejar la solución de tan enorme problema exclusivamente en manos de los políticos.
"Y si bien podemos tener la suerte de vivir en paz nosotros mismos, no debemos dar por sentado que va a ser siempre así. Hemos de trabajar para mantener la paz en nuestras vidas, en nuestras comunidades, en nuestras naciones.
"En este Día Internacional de la Paz, espero que todos dediquemos un pensamiento a los millones de personas para las que no existe paz hoy, para las que no hubo paz ayer. Algunos de los que oigan o lean estas palabras sentirán como suya la dramática situación de los refugiados, pues ellos mismos habrán huido también de la violencia. En cuanto al resto de nosotros, imaginémonos por un momento en esa situación. Imaginemos que no era Aylan, que era nuestro hijo, o un niño que conocíamos. Y luego, hagamos lo que nos dicte el corazón".
"El Día Internacional de la Paz acontece en un mundo en el que, para muchos, la idea misma de vivir en paz debe de parecer irreal, como un sueño lejano. En este día más que nunca, debemos dedicar nuestro pensamiento a quienes viven en países desgarrados por la guerra y la violencia, y a quienes huyen de sus hogares para escapar de un horror indecible o de una pobreza mortal, y orar por ellos. Siento una profunda gratitud hacia quienes no sólo sienten preocupación por la crisis de los refugiados sino que, además, han dado el paso de ayudar activamente: dando la bienvenida a personas cansadas, afligidas y desesperadas; abriendo sus casas; poniendo de su parte lo que está a su alcance con donaciones de alimentos, tiempo o dinero.
"Durante meses hemos sido testigos de la difícil situación de miles de refugiados en su camino hacia Europa y países vecinos. Para la mayoría de la gente que veía en sus pantallas de televisión la oleada de personas desesperadas, resultaba impactante y trágico, pero irreal. Era una tragedia demasiado vasta para comprenderla en toda su extensión. Y luego una imagen, de entre las miles que arribaron, nos caló hondo en el corazón. Un niño sirio de 3 años, Aylan Kurdi, se había ahogado en el mar Mediterráneo junto con su hermano y su madre. La foto mostraba el pequeño cuerpo que las olas habían depositado en la arena. Y la imagen se volvió viral. Aylan se convirtió en un símbolo de la crisis de los refugiados que llegan a Europa. De repente nos vimos conectados, visceralmente, con la realidad de esa crisis. "¿Y si hubiera sido nuestro hijo?", pensaron muchos padres.
"Son las historias personales las que tocan más certeramente nuestros corazones y nos ayudan a comprender que estos refugiados son personas reales, con esperanzas y temores. Nos ayudan a imaginar a qué extremo deben de llegar la desesperación, el terror y la desesperanza como para que uno se lance a arriesgar su vida y las de sus hijos en busca de seguridad. Y paz.
"Este lunes 21, cuando la campana de la paz resuene en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, pensemos todos, y hagámoslo detenidamente, si hay algo que podamos hacer para marcar una diferencia. Porque ya no podemos dejar la solución de tan enorme problema exclusivamente en manos de los políticos.
"Y si bien podemos tener la suerte de vivir en paz nosotros mismos, no debemos dar por sentado que va a ser siempre así. Hemos de trabajar para mantener la paz en nuestras vidas, en nuestras comunidades, en nuestras naciones.
"En este Día Internacional de la Paz, espero que todos dediquemos un pensamiento a los millones de personas para las que no existe paz hoy, para las que no hubo paz ayer. Algunos de los que oigan o lean estas palabras sentirán como suya la dramática situación de los refugiados, pues ellos mismos habrán huido también de la violencia. En cuanto al resto de nosotros, imaginémonos por un momento en esa situación. Imaginemos que no era Aylan, que era nuestro hijo, o un niño que conocíamos. Y luego, hagamos lo que nos dicte el corazón".
chixxz:
le elo i sabras
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