que semejanzas hay entre las extremidades del humano del delfín y del murciélago
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aparentemente tan diferentes, presentan similitudes genéticas. Así lo ha revelado un nuevo estudio dirigido por científicos de la Universidad Queen Mary de Londres, en Reino Unido, y publicado en la edición de esta semana de la revista 'Nature'.
Esta relación de parentesco genético se basa en la evolución de los rasgos similares en diferentes especies, un proceso conocido como evolución convergente, que está muy extendido no sólo a nivel físico sino también a nivel genético.
La ecolocación, un rasgo físico que ha evolucionado en murciélagos y delfines
Los científicos investigaron la base genómica para la ecolocalización o ecolocación, uno de los ejemplos más conocidos de la evolución convergente para examinar la frecuencia del proceso a un nivel genómico. La ecolocación es un rasgo físico complejo que involucra la producción, elaboración, recepción y audición de los pulsos ultrasónicos para detectar obstáculos invisibles o rastrear presas, y ha evolucionado por separado en diferentes grupos de murciélagos y cetáceos (incluidos los delfines).
El oído, el sentido en el que más se parecen
Los investigadores llevaron a cabo uno de los análisis más grandes de su tipo en todo el genoma, para descubrir el grado en que la evolución convergente de una característica física implica los mismos genes. Compararon las secuencias genómicas de 22 mamíferos, incluyendo los genomas de los murciélagos y los delfines, cuya ecolocalización evolucionó independientemente, y encontraron patrones genéticos en consonancia con la convergencia en casi 200 regiones genómicas diferentes concentradas en varios genes auditivos.
Para realizar el análisis, el equipo tuvo que separar las mezclas de millones de letras del código genético utilizando un programa informático, desarrollado para calcular la probabilidad de cambios convergentes que ocurren por casualidad. Para ello, usaron una supercomputadora de la Escuela de Física y Astronomía de la Queen Mary, llamada GridPP High Throughput Cluster.
Los expertos vieron signos de convergencia entre los murciélagos y el delfín nariz de botella en muchos genes previamente implicados en la audición o sordera. "Esperábamos encontrar cambios idénticos en tal vez una docena de genes, pero ver casi 200 es increíble", explica el doctor Joe Parker, primer autor del artículo.