Historia, pregunta formulada por alonzovalentinonunez, hace 1 año

que politicas puso el rey luis xiv en la economia

Respuestas a la pregunta

Contestado por sebastian284567334
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Respuesta:

El Rey Sol, como se denominaba a Luis XIV, era hijo de Luis XIII y Ana de Austria. Nació en el año 1638 en Saint Germaine en Laye y murió en Versalles en 1715. Su gobierno practicó una política de centralización administrativa y favoreció a los burgueses, quienes pudieron tener acceso al Consejo del Estado.

Explicación:

espero aberte alludado:

Contestado por wernerroman300
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Respuesta:

Una rivalidad no menos funesta á Europa que la que en el siglo XVI surgiera entre Carlos V y Francisco I, presenció la segunda mitad del siglo XVII. Me refiero á la larga y enconada lucha entre el monarca francés Luís XIV y el que fué primeramente Sthathuder en Holanda y después rey en Inglaterra, Guillermo III. No trazaré los orígenes de esa rivalidad, que diversos escritores han historiado minuciosamente, ni enumeraré tampoco las coaliciones que Guillermo, siempre derrotado hasta 1694, pero siempre en pie, logró organizar contra la preponderancia francesa y á favor del equilibrio de Europa. Es suficiente apuntar que la propia acusación de aspirar á la «monarquía universal», (entendiendo por esta frase lo que hoy significamos con la palabra Hegemonía), que había sido formulada contra Carlos I y contra su hijo Felipe II, volvió á serlo, aplicándola á Luis XIV; no ciertamente porque este monarca, más dado á la vanagloria y á las apariencias que perseguidor de un plan determinado, aspirase resueltamente ni aun á la frontera del Rhin y de los Alpes, como las fuerzas de su nación y las circunstancias en varias épocas se lo permitieron, sino porque su política exterior fue tan personal, tan depresiva con frecuencia de la dignidad de los otros listados   —212→   y tan perturbadora, que inspiraba la propia aversión y profunda desconfianza que si hubiese aspirado á la anexión y á la conquista en la medida en que lo hicieron luego la República y el Imperio. Fué, sin duda, grande aquel monarca por su amor á la gloria, su confianza en los recursos y fuerzas de la nación que gobernaba, su acierto en elegir hábiles ministros y el vigor con que los dirigió y sostuvo. Débele Francia la supremacía militar que desde 1672 hasta 1870 ha disfrutado, con algunos eclipses, en Europa. Débele la agregación de la Alsacia y en parte la de la Lorena, que hoy miramos nuevamente germanizadas, la consolidación de la frontera del N., mediante la agregación del Artois y gran parte de la Flandes francesa, así como por la construcción de una red de plazas fuertes tan bien estudiada, que las vicisitudes por que ha pasado aquella nación no han sido suficientes para alterarla. Débele la gloria literaria, construcciones artísticas ó suntuosas y la protección á las ciencias, artes y letras, que ha sido causa de que se denominase al siglo XVII Siglo de Luís XIV. Pero con todas estas circunstancias paréceme que la política exterior de aquel monarca no admite comparación con la que desenvolvieron los Cardenales Richelieu y Mazarino, con muchos menos recursos que los que el primero tuvo á su disposición; que carece de móviles fijos y que no responde muchas veces á un objeto proporcionado á los medios que hubo de emplear. Descartando lo que hubiese de personal en las censuras que de la política de este monarca, y también de su carácter sobradamente egoísta y absoluto, consignaron en sus Memorias el Marqués de La Fâre y el Duque de Saint Simon, todavía queda en ellas no poco que aceptar como motivado ó justo. Adviértese hoy día en algunos escritores franceses, y particularmente en MM. Baudrillat y Legrelle, una reacción favorable á la persona y á la política de Luis XIV contra los cargos que, siguiendo á los autores arriba citados, le dirigieron los modernos historiadores generales MM. Henry Martin y Michelet. No diremos que esta reacción sea exagerada ó injusta, ni hemos de negar tampoco que la publicidad de una gran masa de documentos referentes á aquel reinado, que ha coincidido con el hecho de haberse franqueado al público desde hace pocos años el Archivo de Negocios Extranjeros creado en París en 1710 por el   —213→   ministro Torey, ha sido propicia á aquel monarca, mostrando con qué asiduidad y diligencia intervino siempre en la dirección de las relaciones exteriores de Francia, y exhibiendo una moderación en la forma, un conocimiento tan cabal de los hechos y de los antecedentes, una claridad y preparación tales, que verdaderamente cautivan; pero esto no debe de ser parte para que desconozcamos los errores de su política, sus excesos innecesarios, como cuando Louvois hacía arrasar el Palatinado ó cuando Villeroy bombardeaba á Bruselas; y por último, el funesto abandono del principio de que las negociaciones y la diplomacia abrieran el camino á las armas, máxima á la cual debió aquel Gabinete una gran parte de sus éxitos, y á la que reemplaza desde 1678 la arrogante divisa Nec pluribus impar, conforme á la cual la diplomacia no sirve ya más que para justificar la anexión á la conquista, y Francia comienza á pelear sola contra muchos.

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