que pasaba con el periodismo durante la guerra de malvinas
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Respuesta
Era el 2 de abril de 1982 y con estas palabras, Galtieri transmitía la decisión de la Junta Militar de declarar la guerra a Gran Bretaña por las islas Malvinas. Su justificación: “interpretar” el sentir del pueblo.
Junto a la guerra, se ponía en pie también un poderoso mecanismo de propaganda, ejercido desde grandes medios de comunicación de masas, que ayudó a construir la visión triunfalista que el Gobierno militar quería transmitir. Estos medios sí que supieron “interpretar” los deseos de los militares en el poder.
Durante los 74 días que duró la guerra (del 2 de abril al 14 de junio), casi la totalidad de los grandes medios de comunicación (con algunas excepciones como Buenos Aires Herald) se abocaron a esta tarea. Montándose sobre un sentimiento y una reivindicación justa, incluso de las acciones de solidaridad del pueblo argentino con los soldados, fueron una verdadera correa de transmisión del gobierno de facto.
Los medios jugaron un rol fundamental y estratégico en los planes militares. La dictadura venía muy golpeada con fuertes cuestionamientos por parte de los trabajadores y la población en general. En ese contexto, la aventura militar de Malvinas fue concebida por las Fuerzas Armadas como un último intento de salvaguardarse y alargar su poder. Así como los medios fueron de gran ayuda en la campaña de propaganda para instalar la necesidad del golpe y legitimar la posterior dictadura, también en su agonía fueron de gran ayuda, avalando el emprendimiento guerrerista.
De este mecanismo de propaganda fueron parte medios estatales como Argentina Televisora Estatal (ATC) y Télam, y también medios privados, incluso aquellos que no se especializaban en política, como las revistas Gente y Somos. Y por supuesto, diarios más tradicionales como Clarín y La Nación. Seguramente haya quedado en la memoria visual de muchos de nosotros imperdibles “joyitas” como la tapa de la revista Gente que decía “Vamos ganando”, cuando no era así.
Como sucedió a lo largo de toda la dictadura cívico-militar, desde el Estado hubo censura y un fuerte control sobre los medios de comunicación, sus elaboraciones informativas, y por supuesto sus trabajadores. Las fuentes de información sobre la guerra eran pocas y estaban controladas por el aparato castrense. Todo lo que se publicaba y emitía desde la zona de guerra pasaba por la vigilancia estricta de las Fuerzas Armadas.
En este artículo nos referiremos a las operaciones mediáticas decididas por las líneas editoriales de los medios de comunicación y de ninguna manera sobre los trabajadores de prensa que, en muchos casos, fueron víctimas de la censura y le represión por parte del Estado.
Los medios estatales: ATC y Télam
El gobierno de facto estableció que los únicos medios y periodistas autorizados para estar en Malvinas y transmitir desde ahí eran los medios estatales Télam y ATC.
Por ATC se emitía el noticiero 60 Minutos, conducido por José Gómez Fuentes, Silvia Fernández Barrios y María Larreta, que tenía como corresponsal a Nicolás Kazansew. Fueron los voceros oficiales de las Fuerzas Armadas. Instalaron sus equipos y transmitieron en vivo desde la zona. El mismo 2 abril, además de transmitir en vivo el desembarco de las tropas argentinas, emitieron una entrevista a Nicanor Costa Méndez, ministro de Relaciones Exteriores, en la que hablaba de “la recuperación” de las Malvinas de manera “pacífica”. El gobierno militar acababa de iniciar una guerra contra un ejército de un país imperialista, pero prefería llamar a esa tarea una “recuperación pacífica”. Y lo explicaba de la siguiente manera: “no ha habido derramamiento de sangre, hemos entrado a las Islas de la forma que se correspondía”. Y explicaba que a partir de ese momento el Estado nacional se presentaría a las Naciones Unidas para explicar las razones de la "recuperación pacífica" y reclamar el traspaso del gobierno. Una explicación no sólo triunfalista, sino facilista y totalmente irreal.
Explicación: