¿Que estrategias tomo Estados Unidos para América?
Respuestas a la pregunta
¿Cuál era el principal objetivo de los Estados Unidos en América Latina?
Es América Latina el objetivo fundamental de EE. ... Según el intelectual venezolano, el injerencismo estadounidense se afianzó tras la creación en 1910 de la Unión Panamericana, que en 1948 se convirtió en la actual Organización de Países Americanos (OEA), "que siempre ha favorecido las intervenciones militares de EE.
Respuesta:
espero que te ayude
Explicación:
La estrategia global
Históricamente, las sucesivas estrategias de política exterior de los Estados Unidos han sido el resultado del consenso de los sectores y grupos de poder prevalecientes dentro su clase dominante. Han sido, por tanto, bipartidistas y responden a los intereses y objetivos de largo plazo definidos por el Estado imperialista.
En las condiciones de la segunda posguerra, los Estados Unidos pudieron plantearse el objetivo de la hegemonía global, frustrado por la rápida emergencia de una superpotencia nuclear rival. El fin de la Guerra Fría condujo a lo que un comentarista neoconservador llamó un «momento unipolar». Desde ese momento, hasta nuestros días, la estrategia norteamericana ha estado dirigida a perpetuar esa hegemonía global.
Recordemos que hace veinte años fue filtrado a la prensa un documento del Pentágono que planteaba descarnadamente el objetivo de impedir, por todos los medios posibles, la emergencia de alguna nación o grupo de naciones con la aspiración de desafiar el liderazgo militar y económico norteamericano. Hubo una rápida desautorización pública de dicho documento y fue reformulado con un lenguaje eufemístico. Sin embargo, la evidencia empírica y el propio discurso oficial evidencian que ese ha seguido siendo el principio rector de la política exterior norteamericana.
El lugar de América Latina y el Caribe
La tradicional, multidimensional y persistente estrategia de dominación y sometimiento sobre las naciones latinoamericanas y caribeñas, con su trágico saldo en términos de vidas perdidas y sufrimientos humanos de todo tipo [1], cobró un nuevo sentido, así como una importancia aun mayor que la que ya tenía, con esa pretensión de hegemonía global, percibida como viable al finalizar la segunda guerra mundial.
El dominio sobre nuestra región es uno de los soportes fundamentales de la estrategia global norteamericana. Desde su propia percepción, los Estados Unidos no pueden pretender mantener una posición de primacía global si no es capaz de controlar en lo fundamental al hemisferio occidental.
A pesar de los extraordinarios avances logrados por las fuerzas progresistas en América Latina y el Caribe desde 1998, los Estados Unidos la siguen considerando como una zona relativamente segura (o asegurada a su favor), dentro de un contexto global crecientemente competitivo, inestable, impredecible y desafiante para sus intereses hegemónicos.
Esta es la causa principal de su supuesta o aparente baja prioridad o importancia dentro de la política exterior norteamericana, que en realidad es un falaz cliché, interesadamente desmovilizador, que se intenta imponer a fuerza de repetirlo incesantemente por medio de las agencias internacionales de prensa y la columna de Andrés Oppenheimer en El Nuevo Herald, a su vez replicada en los medios bajo la órbita de la Sociedad Interamericana de Prensa.
Los elementos que, en mi opinión, sintetizan los intereses estratégicos de los Estados Unidos hacia América Latina y el Caribe son los siguientes:
· Mantener una superioridad apabullante en el plano estratégico-militar en el continente americano.
· Preservar, reproducir y renovar los mecanismos estructurales de dependencia e inserción subordinada de las economías latinoamericanas y caribeñas en el sistema económico mundial.
· Garantizar el acceso, en condiciones ventajosas, a los recursos naturales estratégicos presentes en la región.