que es un narrador y que tipos de narraciones hay
Respuestas a la pregunta
Primera persona o intradiegético
En el caso del narrador en primera persona, (también llamado narrador interno), el narrador es un personaje dentro de la historia (homodiegético): actúa, juzga y tiene opiniones sobre los hechos y los personajes que aparecen. En este caso el narrador sólo tiene y aporta información basada en su propia visión de los eventos.
Este narrador es el que más se diferencia del propio autor: es un personaje en la obra, que tiene necesariamente que cumplir con todas las normas de ser un personaje, incluso cuando esté cumpliendo tareas de narrador. Para que tenga conocimiento de algo, por lo tanto, es necesario que lo experimente con sus propios sentidos, o que algún otro personaje se lo cuente. Puede contar sus propios pensamientos y opiniones, pero no los de los demás personajes, a no ser que los conozca por cualquier motivo.
El narrador en primera persona puede ser el propio protagonista de la historia (como Gulliver en Los Viajes de Gulliver), alguien muy cercano a él y que conoce sus pensamientos y acciones (como el Dr. Watson en los cuentos de Sherlock Holmes), o algún personaje marginal que tenga poco que ver con los hechos que se narran.
Narrador-protagonista. El narrador-protagonista cuenta su propia historia. Es el personaje principal y todo lo que sucede lo sabemos a través de él. El narrador en primera persona (yo) adopta un punto de vista subjetivo que le hace identificarse con el protagonista y le impide interpretar de forma absoluta e imparcial los pensamientos y acciones de los restantes personajes de la narración. Es el tipo de narrador que se utiliza en géneros como el diario o la autobiografía.Narrador Testigo. El narrador testigo es un espectador del acontecer, un personaje que asume la función de narrar. Pero no es el protagonista de la historia, sino un personaje secundario. Cuenta la historia en la que participa o interviene desde su punto de vista, como alguien que la ha vivido desde fuera, pero que es parte del mundo del relato. Ejemplo de este narrador son los cuentos de Sherlock Holmes.Monólogo interior. El monólogo interior introduce una reflexión que raya en la disertación sobre un tema(no se debe confundir con el stream of consciousness o como flujo de conciencia) es la técnica literaria que trata de reproducir los mecanismos del pensamiento en el texto, tales como la asociación de ideas. Ejemplos notorios aparecen en la obra de Marcel Proust en el monólogo de la magdalena; el flujo de consciencia es propio de las obras de Virginia Woolf y James Joyce. Segunda persona o autodiegéticoEs el tipo de narrador menos utilizado. Tiene las características del narrador autodiegético porque suele contar su propia historia. Es un tipo de narrador que busca la complicidad del lector. Por eso se dirige constantemente a él. Aunque utiliza los paradigmas de segunda persona, es decir, “tú”, “te”, “a ti”, ustedes, etc... El personaje desdobla su personalidad y habla consigo mismo como si lo hiciera con otro.
Tercera persona o extradiegéticoEl narrador en tercera persona o narrador externo se encuentra (en la mayoría de los casos) fuera de la historia, por lo que es un narrador heterodiegético. Aquí la voz narrativa se dirige a uno o a varios personajes de forma directa.
Sin embargo, pueden distinguirse tres tipos de narrador en tercera persona, según el conocimiento que tienen del mundo creado por el autor.
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3. Narrador testigo
Como su nombre indica, el que cuenta la historia es un narrador testigo. Es un narrador en primera persona o tercera persona. No se trata del protagonista, sino de un personaje que ha presenciado lo ocurrido y lo cuenta desde un punto de vista concreto, limitado, con pocas o ninguna referencia a sí mismo. Como máximo, puede facilitarnos su punto de vista, pero no hace juicios de valor.
Es un narrador testigo que puede integrarse en la acción u presenciarla desde fuera para contar los hechos que presenció. De esta forma, debemos otorgarle un lenguaje personalizado según sus características, no hacer que su narración sea un mero informe.
Según la forma en que este narrador observador nos comunique la información, podemos dividirla en tres categorías:
Testigo impersonal
Su mirada se asemeja a una cámara de cine, es decir, se limita a narrar lo que está sucediendo. Por esta razón, lo habitual es que aparezca en tiempo presente.
Narrador testigo presencial
Sirve para contar un acontecimiento o vivencia que se presenció en el pasado.
Narrador informante
Los hechos se presentan a modo de crónica o informe, como si se tratase de un documento auténtico.
Ejemplos de tipos de narrador testigo son: La colmena, de Camilo José Cela; las novelas de Sherlock Holmes, en las que Watson nos narra las peripecias del inmortal detective; o El capitán Alatriste, de Arturo Pérez Reverte.
4. Narrador equisciente
Con frecuencia, este narrador objetivo se confunde con el omnisciente, pero su punto de vista es distinto. El narrador equisciente sigue los pensamientos y motivaciones de un único personaje de la historia, exponiendo y revelando lo que le ocurre de una manera objetiva. Está atado a su visión.
Por lo tanto, su mirada está limitada y no puede saber qué opinan los demás, solo hacer apreciaciones subjetivas y suposiciones sobre los mismos.
Este narrador nos proporciona múltiples perspectivas sin perder verosimilitud y credibilidad, ya que, aunque no es un actor de la historia, las opiniones y reflexiones se identifican con las del personaje al que sigue. Y este hecho, a su vez, acerca al lector haciéndole empatizar. Es perfecto para introducir el elemento sorpresa en nuestro relato.
Un claro ejemplo de este tipo de narrador lo encontramos en los relatos detectivescos, como los de Agatha Christie.
5. Narrador omnisciente
El narrador omnisciente es el que sabe y conoce toda la información sobre los personajes y las tramas. Tiene el poder de anticiparse a los acontecimientos, de suponer, de juzgar y de contarnos cómo se sienten los personajes.
Es una voz narrativa en tercera persona, no se trata de un personaje del relato, si no de alguien externo a la historia. De esta forma, conseguimos posicionar al lector por encima de los personajes, pues tiene mayor información que ellos.
Como principal desventaja, el narrador omnisciente no puede unir al lector con un punto de vista único. Su proximidad con el relato se reduce, dejándole menos margen para fantasear y hacer sus propias conjeturas.
A veces, la limitada y subjetiva visión de un narrador testigo o en primera persona, nos permite generar espacios de «silencio» o «desinformación» donde el lector debe conjeturar y de esa forma participar del relato. La excesiva información por parte de un narrador omnisciente (llamado narrador Dios porque todo lo ve) no siempre está bien empleada.
En cualquier caso, si te has decantado por un narrador omnisciente, asegúrate de que has seleccionado la información oportuna. Es frecuente cometer el error de mostrar todos los datos de golpe y no excluir aquello que es irrelevante.
Recuerda siempre dosificar la información, escoger lo que el narrador cuenta y lo que omite, y decidir cuándo mostrarlo. Estas decisiones son vitales, ya que la tensión, el suspense y el grado de interés en la historia dependen de ello.
Explicación: