¿Que es identidad territorial?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Identidad Territorial.
Explicación:
ESPERO TE AYUDE ;')❤
Respuesta:
ExLa afirmación de una identidad territorial implica un doble concepto de “exclusividad”, algo propio, único, un privilegio, y de exclusión o excluyente en cuanto discriminación o rechazo. Es el “nosotros”, “lo nuestro”, “los de aquí”, frente a “los otros”, “los de fuera”, o sea, nosotros frente al mundo entero de los otros. Esta discriminación por categorías en las relaciones humanas siempre ha existido: romanos-bárbaros, cristianos-gentiles, civilizados-salvajes (incluso los “buenos salvajes” de Rousseau), musulmanes-infieles, arios-semitas, etc. El dilatado arraigo de aquellos que constituyen el grupo identitario les conferiría una legitimidad en origen frente a “los de fuera”, o mestizajes sobrevenidos, jerarquizando así la sociedad en distintos niveles o grados de una supuesta “pureza étnica”.
Las identidades territoriales se construyen con una concepción individualista y supremacista desde los discursos del Poder. Porque el Poder no solo suscita adhesiones clientelares inquebrantables sino que, con Foucault, genera conocimiento, especie de trincheras ideológicas, a base de frases e ideas mil veces repetidas desde las estructuras de influencia. Más aún, a través de potentes medios de propaganda de masas llegan a constituirse desde el Poder auténticos “sistemas de verdad”, un discurso políticamente correcto que aparenta una especie de legitimidad social. El sistema educativo, p.ej., que el Poder siempre quiere controlar, ha sido una forja de espíritus impregnados del discurso identitario a través de la exaltación y enardecimiento de las señas de identidad propias y el desprestigio de sus adversarios, vistiendo de emociones un sentimiento de pertenencia construido previa y conscientemente, escondiendo siempre objetivos interesados: acaparar cargos y poder, controlar presupuestos, monopolizar el discurso dominante, etc. Todas las guerras se fraguaron con este lenguaje dicotómico y frentista.
En esta línea, las imágenes que desde el Poder se proyectan sobre el propio grupo y sus instituciones contribuyen a una permanente e insistente construcción de la propia identidad, algo considerado “sagrado e inviolable”, aunque no sea compartido por todo el grupo. ¿Qué cosas comparte un señor de La Campaneta con uno de Bocairent, por ejemplo? O ¿uno de la gerundense Besalú con otro de las tierras bajas del Ebro? O ¿uno de Lequeitio con otro de la Rioja Alavesa? Pocas. No obstante a todos ellos se les atribuye la misma identidad oficial y la obligación de defenderla. La geografía política no coincide a veces con la geografía cultural que le da soporte porque la cultura derrite a menudo las fronteras geopolíticas, desbordándolas, avecinando pueblos con tradiciones compartidas aunque se hallen encuadrados en identidades territoriales diferentes.
Atribuir una identidad homogénea a cada territorio es un mito construido desde el Poder. “La Comunidad Valenciana, en lugar de reforzar una identidad periférica, consolida una identidad múltiple en la que se combinan elementos colectivos valencianos y españoles” (Castelló y Coller). No existen territorios con identidades homogéneas sino híbridas, eclécticas. Ni somos las personas clasificables por identidades homogéneas. Existen tantas identidades como individuos. Más aún, “cada persona tenemos nuestra propia identidad fracturada” (Albert Camús), al identificarnos con elementos culturales de todos los sitios por donde hemos pasado en la vida, con unos más que con otros pero que, al final, nuestra identidad personal es el resumen de toda nuestra experiencia de vida. Por ello, con Baumann (2001:61), convendría hablar más bien de identificaciones que de identidades: con qué cosas nos identificamos, sean del sitio que sean, mejor que definir la compleja identidad de cada persona y menos por decreto.plicación: