Que decisiones se tomaroen el 25 de mayo de 1810,Formacion de la primera junta de gobierno patrio Buenos Auires
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El 25 de mayo de 1810, reunido nuevamente el Cabildo, los “vecinos, comandantes y oficiales” hicieron conocer que el pueblo había reasumido la soberanía y solicitaron se anunciara que habían formado una Junta de Gobierno.
La formación de la Primera Junta de gobierno,no significó solo la sustitución de nombres y de personas, sino un cambio de régimen.
El orden colonial ya no existía, pero el nuevo gobierno tenía dos grandes problemas que resolver: la independencia y la organización del nuevo país. ni hacer conocer lo sucedido en Buenos Aires, las nuevas autoridades organizaron una expedición que no sólo daría cuenta de lo ocurrido sino que también garantizaría la elección de representantes que, en poco tiempo más, formarían parte de una reunión general de todo el virreinato en Buenos Aires.
La junta gubernativa dispuso extender y legitimar su autoridad, además de reservar la unidad territorial en todo el virreinato.
Varías ciudades del interior aprobaron y reconocieron al nuevo gobierno, Asunción, Córdoba y Montevideo no estuvieron de acuerdo.
Esta oposición significó la guerra, que se abrió en distintos frentes, pues era necesario subordinar no sólo a los funcionarios españoles sino también a unos criollos, que desde tiempo atrás rivalizaban con Buenos Aires por diversidad de intereses o el desigual desarrollo económico y social.
La guerra por la independencia abarcó en un primer momento, desde 1810 a 1814 (fecha esta última de la restauración de Fernando VII en España) período durante el cual la península luchaba por recuperar su propia independencia de la invasión francesa y no podía entonces enviar a América hombres y elementos de guerra para sofocar los focos de contrarrevolución.
Los revolucionarios sabían que era necesario ganar la guerra para que el nuevo gobierno pudiese sobrevivir y desarrollarse. Para o se organizó los cuerpos de milicias, creadas en Buenos Aires durante invasiones inglesas, y transformarlas en cuernos militares permanentes, decir tratar de formar un ejército profesional.
Los siete batallones de Infantería de milicias, ya existentes, fueron organizados en cinco cuerpos de veteranos de Infantería, más una de ‘anaderos una de Castas. Además se creó un cuerpo nuevo: el regimiento destinado a servir permanentemente en Buenos Aires.
Gobiernos posteriores organizaron otros batallones y ampliaron el ejercito.
La guerra fue difícil de sostener económicamente, se necesitaban recursos para armamentos, uniformes, cabalgaduras, municiones,etc.
La forma corriente de obtener fondos fue las contribuciones voluntarias y mayor medida las contribuciones forzosas. La obtención de estos recursos fue una preocupación constante de la Primera Junta y de los sucesivos gobiernos porteños.
Lo que no se podía obtener en el país se importaba, corno textiles par informes, armas de fuego y proyectiles.
Una vez implantada esta Junta de Gobierno, y a pesar que se consideraba heredera del trono de Fernando VII, fue necesario conseguir la legitimación por parte de:
Las antiguas autoridades coloniales
Las provincias del interior que dependían de Buenos Aires.
Los territorios limítrofes como la Banda Oriental, Paraguay, Chile y el Alto Perú.
Cisneros y demás altos funcionarios dieron la aprobación, pero bajo protesta, ya que no tenían otra opción. En la metrópolis no podía acudir a nadie y en las colonias las milicias ya no acataban más sus órdenes.
En el interior, no todas las provincias aceptaron esta nueva forma de gobierno, como fue el caso de Córdoba, en donde se gestó un movimiento dirigido por el ex virrey Liniers, que se negó a aceptar las resientes autoridades. Conocida esta reacción, rápidamente fueron tomados prisioneros los opositores y fusilados en Cabeza del Tigre, en la ciudad de Córdoba. Esta actitud hizo que mas tarde las otras provincias en disidencia juraran obediencia a la Junta.
En territorios periféricos no fue tan fácil lograr obediencia por que había viejos intereses coloniales. Para hacer frente a esta resistencia se debió incorporar soldados y crear un ejército organizado y experimentado, para combatir contra los opositores. Se recurrió a la leva forzosa de indios, mestizos y criollos. A su vez llegaron al país (1812) , desde Europa, algunos militares de carrera, como el Gral. San Martín y Alvear, que cumplirían una importante tarea a favor de la libertad de los pueblos americanos. También sobresalieron en el interior hombres de coraje y con habilidad de conducción como Martín Güemes que defendió con valor las fronteras de norte del país contra el avance realista, Gervasio Artigas caudillo oriental con gran influencia y poder sobre los criollos de la Mesopotamia y el Uruguay.
De aquí en más, la guerra continuaría, haciéndose cada vez más complicada, puesto que se entrecruzaron conflictos sociales, políticos y económicos; triunfos y derrotas se sucederían. Los gobiernos posteriores debieron cambiar sus estrategias para lograr la ansiada “independencia"
La formación de la Primera Junta de gobierno,no significó solo la sustitución de nombres y de personas, sino un cambio de régimen.
El orden colonial ya no existía, pero el nuevo gobierno tenía dos grandes problemas que resolver: la independencia y la organización del nuevo país. ni hacer conocer lo sucedido en Buenos Aires, las nuevas autoridades organizaron una expedición que no sólo daría cuenta de lo ocurrido sino que también garantizaría la elección de representantes que, en poco tiempo más, formarían parte de una reunión general de todo el virreinato en Buenos Aires.
La junta gubernativa dispuso extender y legitimar su autoridad, además de reservar la unidad territorial en todo el virreinato.
Varías ciudades del interior aprobaron y reconocieron al nuevo gobierno, Asunción, Córdoba y Montevideo no estuvieron de acuerdo.
Esta oposición significó la guerra, que se abrió en distintos frentes, pues era necesario subordinar no sólo a los funcionarios españoles sino también a unos criollos, que desde tiempo atrás rivalizaban con Buenos Aires por diversidad de intereses o el desigual desarrollo económico y social.
La guerra por la independencia abarcó en un primer momento, desde 1810 a 1814 (fecha esta última de la restauración de Fernando VII en España) período durante el cual la península luchaba por recuperar su propia independencia de la invasión francesa y no podía entonces enviar a América hombres y elementos de guerra para sofocar los focos de contrarrevolución.
Los revolucionarios sabían que era necesario ganar la guerra para que el nuevo gobierno pudiese sobrevivir y desarrollarse. Para o se organizó los cuerpos de milicias, creadas en Buenos Aires durante invasiones inglesas, y transformarlas en cuernos militares permanentes, decir tratar de formar un ejército profesional.
Los siete batallones de Infantería de milicias, ya existentes, fueron organizados en cinco cuerpos de veteranos de Infantería, más una de ‘anaderos una de Castas. Además se creó un cuerpo nuevo: el regimiento destinado a servir permanentemente en Buenos Aires.
Gobiernos posteriores organizaron otros batallones y ampliaron el ejercito.
La guerra fue difícil de sostener económicamente, se necesitaban recursos para armamentos, uniformes, cabalgaduras, municiones,etc.
La forma corriente de obtener fondos fue las contribuciones voluntarias y mayor medida las contribuciones forzosas. La obtención de estos recursos fue una preocupación constante de la Primera Junta y de los sucesivos gobiernos porteños.
Lo que no se podía obtener en el país se importaba, corno textiles par informes, armas de fuego y proyectiles.
Una vez implantada esta Junta de Gobierno, y a pesar que se consideraba heredera del trono de Fernando VII, fue necesario conseguir la legitimación por parte de:
Las antiguas autoridades coloniales
Las provincias del interior que dependían de Buenos Aires.
Los territorios limítrofes como la Banda Oriental, Paraguay, Chile y el Alto Perú.
Cisneros y demás altos funcionarios dieron la aprobación, pero bajo protesta, ya que no tenían otra opción. En la metrópolis no podía acudir a nadie y en las colonias las milicias ya no acataban más sus órdenes.
En el interior, no todas las provincias aceptaron esta nueva forma de gobierno, como fue el caso de Córdoba, en donde se gestó un movimiento dirigido por el ex virrey Liniers, que se negó a aceptar las resientes autoridades. Conocida esta reacción, rápidamente fueron tomados prisioneros los opositores y fusilados en Cabeza del Tigre, en la ciudad de Córdoba. Esta actitud hizo que mas tarde las otras provincias en disidencia juraran obediencia a la Junta.
En territorios periféricos no fue tan fácil lograr obediencia por que había viejos intereses coloniales. Para hacer frente a esta resistencia se debió incorporar soldados y crear un ejército organizado y experimentado, para combatir contra los opositores. Se recurrió a la leva forzosa de indios, mestizos y criollos. A su vez llegaron al país (1812) , desde Europa, algunos militares de carrera, como el Gral. San Martín y Alvear, que cumplirían una importante tarea a favor de la libertad de los pueblos americanos. También sobresalieron en el interior hombres de coraje y con habilidad de conducción como Martín Güemes que defendió con valor las fronteras de norte del país contra el avance realista, Gervasio Artigas caudillo oriental con gran influencia y poder sobre los criollos de la Mesopotamia y el Uruguay.
De aquí en más, la guerra continuaría, haciéndose cada vez más complicada, puesto que se entrecruzaron conflictos sociales, políticos y económicos; triunfos y derrotas se sucederían. Los gobiernos posteriores debieron cambiar sus estrategias para lograr la ansiada “independencia"
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