proceao de la momificación paso a paso.
*AYUDA* *PLIS*
Respuestas a la pregunta
Las personas encargadas del embalsamamiento se hacían llamar embalsamadores y eran sacerdotes de los templos egipcios. En aquella época se creía que estas personas tenían un don y que además disponían de la ayuda del dios Anubis, el cual les guiaba durante el proceso de momificación,Tras comprobar que la persona estaba muerta, los embalsamadores limpiaban el cuerpo, sacaban los órganos y las vísceras de las cavidades interiores y extraían el cerebro por la nariz con un gancho, pues pensaban que el único órgano que se necesitaba una vez muerto era el corazón. Después depositaban todo aquello anteriormente extraído en unas urnas,Cubrían el cuerpo de sal durante 40 días para secarlo. Más tarde lo rellenaban de trapos huntados en aceites aromáticos y lo envolvían con vendas,Una vez el cuerpo estaba preparado, un sacerdote le ponía una máscara de oro que representaba la cara del muerto. Sin embargo, no todo egipcio podía permitirse una máscara de oro y no todos los egipcios se convertían en momias, tan sólo las clases más adineradas podían pagar la momificación,Más tarde los sacerdotes colocaban la momia en una caja de madera pintada y decorada denominada sarcófago,Para proteger a la momia, se colocaba el cuerpo en varios sarcófagos y estaban colocados unos dentro de otros, como si fuera una matrioska, Como parte del ritual los sacerdotes navegaban por el Nilo con la momia en el sarcófago hacia la tumba donde sería sepultada. Este trayecto se hacía en un barco o bote,Una vez estaban en la tumba, el último lugar donde yace la momia es en un sarcófago de piedra, de un tamaño mayor que los anteriores de madera,En la cámara funeraria, la momia instalada en el sarcófago de piedra se rodeaba con provisiones y objetos que iba a necesitar para la otra vida en el más allá. Estos objetos ayudarían al muerto en este viaje por el más allá y podrían ser desde alimentos hasta joyas,Para terminar, sellaban para siempre la cámara funeraria, para que nadie más pudiera nunca entrar. Se decía que sobre aquellos que intentasen entrar en la tumba, irrumpiendo el descanso eterno del faraón, caería una maldición. Esto evitaba el robo de los objetos de valor de las tumbas, aunque siempre hubo algún que otro ladronzuelo al que no le asustaban las maldiciones egipcia.