Porque los españoles prohibían a los indígenas hablar en su lengua nativa
Respuestas a la pregunta
Explicación:
La lengua materna es el primer idioma que por defecto aprendemos. Es la lengua que nos enseñan nuestros padres, la que desde pequeños escuchamos en nuestro entorno familiar. Ésta define nuestra identidad y procedencia geográfica y es también motivo de orgullo.
Pero ¿y si nuestra lengua materna es indígena? La probabilidad de ser discriminado es bastante alta.En efecto, todos los pueblos indígenas de América Latina han experimentado históricamente una enorme presión social y política, de la sociedad o del Estado, que ha desincentivado el uso de las lenguas nativas. La desvalorización de las lenguas nativas, y en muchos casos la vergüenza de hablarlas, ha ocasionado que las familias indígenas privilegien el uso del idioma dominante como mecanismo de adaptación al contexto social también dominante. Como resultado, las generaciones recientes se encuentran en un proceso de olvido de su lengua materna indígena.
En la actualidad, aunque no se conoce con precisión, se estima que existen alrededor de 420 lenguas indígenas en América Latina. No obstante, de acuerdo con la UNESCO cerca del 26% de las lenguas indígenas de la región se encuentran en peligro de extinción y varias se han extinguido recientemente. Con la pérdida de una lengua, se pierde la herencia cultural de toda una nación y parte de su identidad.
¿Podemos revertir la pérdida de esta rica diversidad lingüística? Sí. En primer lugar, reconociendo el valor y la contribución de los pueblos indígenas al desarrollo de cada país, incentivando la transmisión intergeneracional y su uso en el ámbito educativo, aprendiendo algún idioma indígena de nuestro país para facilitar el entendimiento mutuo, entre otras iniciativas. Algunos países como Ecuador y Bolivia ya han reconocido en sus constituciones a las lenguas indígenas como idiomas oficiales, lo que representa un logro importante para los pueblos indígenas en cuanto a su derecho a revitalizar, utilizar, fomentar y enseñar a las generaciones futuras sus propios idiomas.