porque la clasica imaginen de la evolucion del mono al humano esta equivocada? 3 ideas
Respuestas a la pregunta
Respuesta:La evolución no sigue un camino recto y predeterminado y, sin embargo, abundan las imágenes que sugieren lo contrario. Desde exposiciones en museos hasta dibujos animados, la evolución se representa como una progresión lineal de lo primitivo a lo avanzado.
Seguramente habrá visto imágenes como la de arriba en las que un chimpancé se endereza gradualmente y progresa a través de varios homínidos hasta llegar a un ser humano moderno. Efectivamente pueden ser graciosas, pero este tipo de representaciones populares sobre la evolución son erróneas.
Como estudiosos de la biodiversidad y la biología, estas representaciones nos incomodan porque malinterpretan el funcionamiento real del proceso de la evolución y pueden contribuir a reforzar los conceptos erróneos del público.
El ascenso hacia la perfección
Esta interpretación errónea es un remanente anterior a 1859, año en que Charles Darwin publicó por primera vez su teoría científica de la evolución a través de la selección natural.
Hasta entonces, la visión tradicional de cómo estaba organizado el mundo era a través de una progresión hacia la perfección, concepto que queda explicado en la idea de la gran cadena del ser o scala naturae en latín: todos los seres en la tierra, animados e inanimados, podrían organizarse de acuerdo con una escala creciente de perfección desde, por ejemplo, hongos en la parte inferior hasta langostas y conejos, y los seres humanos en la parte superior.
Esta idea, que tiene su origen en Platón y Aristóteles, falla en tres aspectos principales.
- Primero, sostiene que la naturaleza está organizada jerárquicamente. No es una mezcla aleatoria de seres vivos.
- En segundo lugar, contempla dos criterios de organización: la progresión de lo simple a lo perfecto y de lo primitivo a lo moderno.
- Y en tercer lugar, supone que en esta jerarquía no hay etapas intermedias entre los distintos niveles, de manera que cada uno es un compartimento hermético de complejidad similar: una lapa y un arrecife de coral en el mismo peldaño son igualmente complejos. Ninguno está a medio camino entre dos escalones.
En la década de 1960, se hizo popular una variación de la escala natural concebida por el filósofo jesuita Pierre Teilhard de Chardin. Su idea era que, aunque la vida está de alguna manera ramificada, hay una dirección en la evolución, una progresión hacia una mayor complejidad cognitiva y, en última instancia, hacia la identificación con lo divino, es decir, Dios.
Cambios graduales en todas las direcciones
Sin embargo, al menos desde Darwin, la idea que tienen los científicos sobre el mundo es que se organiza a través de transiciones: de moléculas inanimadas a la vida, de organismos anteriores a diferentes tipos de plantas y animales, y así sucesivamente. Toda la vida en la Tierra es producto de transformaciones graduales que se diversificaron y dieron lugar a la exuberancia de organismos que hoy conocemos.
Dos transiciones son de particular interés para los biólogos evolutivos: el salto de lo inanimado a lo animado –el origen de la vida– y la aparición de la especie humana a partir de un ancestro mono.
La manera más habitual de representar el surgimiento de los seres humanos es lineal y progresiva y probablemente haya visto imágenes, logotipos y propaganda política y social que se basan en esta representación.
Pero ninguna de estas representaciones captura la dinámica de la teoría de Darwin. La única imagen que incluyó en su libro El origen de las especies es un diagrama de árbol cuya ramificación es una metáfora de la forma en que se originan las especies, dividiéndose. La ausencia de una escala de tiempo absoluta en la imagen es una confirmación de que el cambio gradual ocurre en escalas de tiempo que varían de un organismo a otro en función de la duración de una generación.
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