Ciencias Sociales, pregunta formulada por Ilyhobiii, hace 3 meses

porque fue importante para los pensadores clasicos estudiar las relaciones sociales?

Respuestas a la pregunta

Contestado por duffyoliverosrojas
5

Respuesta:

Explicación:

INTRODUCCIÓN

Como bien se sabe, la ocupación intelectual con el problema de lo humano representa una empresa de pensamiento que tiene lugar desde tiempos immemoriales y sobrepasa por lo mismo las competencias de una disciplina en particular. Desde que existe razonamiento reflexivo, el ser humano ha sido ininterrumpidamente objeto de pensamiento por parte de diferentes pensadores -expertos y legos- y desde los más variados campos y puntos de vista. La autoobservación no resulta ser privilegio de ninguna ciencia o espacio intelectual. A un nivel de abstracción mayor, desde una perspectiva de segundo orden, si se quiere, el correlato es claro. El ser humano en cuanto tal ha provocado siempre algún tipo de reacción al interior de la diversidad de las especialidades intelectuales. Sin importar si éste es incorporado o rechazado, la toma de posición parece asegurada -desde las humanidades hasta las ciencias naturales.

Visto de esta manera -resulta casi una obviedad- la sociología no puede eludir aquel diagnóstico. Ella tiene hoy una posición que, si bien es posible de constatar en los sociólogos contemporáneos, encuentra sus orígenes en figuras como Auguste Comte, Karl Marx, Emile Durkheim y Max Weber, entre otros. Al interior del proceso de surgimiento de la sociología, aproximadamente en el cambio del siglo XIX al siglo XX, aquellos pensadores, como veremos, entraron rápidamente en contacto con el problema de lo humano, jugando un rol fundamental en lo que se refiere a la determinación de dicha posición al respecto. En ese marco, cabe plantear una de las interrogantes que orientan este artículo, a saber: ¿cuáles son los rasgos que ostenta la temprana posición de la sociología con relación al ser humano? ¿Cómo debe ser además interpretada? Es la constatación de la situación y características de aquella problemática la que nos permitirá escudriñar en sus motivos y desarrollo posterior. Al mismo tiempo, vale la pena preguntarnos: ¿qué tan importante es esta toma de posición para el desarrollo teórico de la sociología clásica y contemporánea?

En un contexto actual en que la pregunta por lo humano parece divagar entre su desaparición bajo las críticas anti y post-humanistas y su re-ontologización, justamente como respuesta a un entorno de alta incertidumbre y complejidad, el retorno a los inicios de la relación entre sociología y ser humano cobra un especial valor. Enmarcado en la búsqueda general por auscultar el puesto que tiene éste en el pensamiento sociológico, se persigue a continuación desentrañar tanto la posición original de la sociología con respecto al ser humano, como los motivos principales que explican esta última. Será dicha revisión o vuelta a algunos de los más importantes clásicos de la sociología lo que nos permitirá comprender la postura de la sociología referente al ser humano, que se configuró en ese tiempo, pero que perdura hasta hoy como una suerte de consenso teórico mínimo. La tesis que se sostiene a través de este artículo es que la sociología clásica habría desarrollado un intento de destierro del ser humano; un destierro que aparecería como resultado de una operación cognitiva (epistémica) y de un complemento socio-institucional (disciplinar). Factores conceptuales y sociales serán entonces considerados a continuación.

Mientras que la sociología establece su campo epistémico con relación a lo social y la sociedad moderna, dentro de lo cual el ser humano, como veremos, queda desterrado, la estructura organizacional de la misma -su forma disciplinar- aparece como sustento clave a dicho movimiento teórico, en la medida en que la lucha por el reconocimiento científico se pone en juego. La inclusión de aquella dimensión socio-institucional en nuestro análisis da cuenta con ello del problema que está detrás del escenario general y que dice relación con el vínculo de la sociología con sus raíces filosóficas. Si el ser humano es visto por los clásicos de la sociología como aquel campo objetual al cual, como afirmaba Kant en su Lógica, los diferentes terrenos filosóficos hacen referencia, no puede sino ser problemático para ella aceptarlo como elemento de su discurso, toda vez que la sociología de entonces no solo se encuentra en un período de desarrollo de su raigambre epistémica, sino también de surgimiento -aunque aún apenas perceptible- de su dimensión disciplinar. La visible reticencia respecto del ser humano aparecería entonces no solo como resultado de su desarrollo conceptual (epistémico), que apunta a la comprensión de la realidad social en general, sino además en concordancia con una suerte de distancia institucional (disciplinar) original frente a todo aquello que aparece con forma filosófica o “a-científica”.

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