¿Porqué dicen qué Rusia Zarista era un imperio campesino y atrasado?
Respuestas a la pregunta
Respuesta: Sergey Nikolsky, filósofo de la cultura ruso, dice que tal vez la idea más importante para los rusos «desde la caída de Bizancio hasta ahora es la idea del imperio y el hecho de que somos una nación imperial». Y prosigue:
«Siempre hemos sabido que vivimos en un país cuya historia es una cadena ininterrumpida de expansión territorial, conquista, anexión, defensa de las posesiones, pérdidas temporales y nuevas conquistas. La idea del imperio era una de las más preciadas de nuestro bagaje ideológico y esto es lo que proclamamos ante las demás naciones. Con ello sorprendemos, deleitamos o enloquecemos al resto del mundo».
La primera característica y la más importante del imperio ruso ha sido siempre, dice Nikolsky, «la maximización de la expansión territorial en pro de sus intereses económicos y políticos, como uno de los grandes principios de la política del Estado»1. Esta expansión fue el resultado del predominio permanente y aplastante del desarrollo extensivo de Rusia sobre su desarrollo intensivo: el predominio de la explotación absoluta de los productores directos sobre su explotación relativa, es decir, aquella basada en el aumento de la productividad del trabajo.
«Al imperio ruso lo llamaban ‘prisión de pueblos’. Hoy sabemos que no solo es el Estado de los Romanov el que merece esta descripción», escribió Mijaíl Pokrovsky, el más destacado historiador bolchevique. Demostró que el Gran Ducado de Moscú (1263-1547) y el Zarato ruso (1547-1721) ya fueron «prisiones de pueblos» y que esos Estados se construyeron sobre los cadáveres de los inorodtsy, los pueblos indígenas no rusos. «Es dudoso que el hecho de que 80% de la sangre que corre por las venas de los gran-rusos provenga de estos pueblos les sirva de consuelo a los supervivientes. Únicamente la completa destrucción de la opresión imperial rusa por esa fuerza que luchó y sigue luchando contra toda opresión podría ser una forma de compensación por todo lo que han sufrido»2. Estas palabras de Pokrovsky se publicaron en 1933, poco después de su muerte y poco antes de que por orden de Stalin se sustituyera, en la histórica formulación bolchevique «Rusia, prisión de pueblos», «Rusia» por «zarismo». El régimen estalinista se apresuró entonces a calificar la obra científica de Pokrovsky de «concepción antimarxista» de la historia de Rusia3.
Imperialismo militar feudal
A lo largo de siglos, y hasta el colapso de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas en 1991, los pueblos que fueron conquistados y anexionados por Rusia sufrieron tres formas sucesivas de dominación imperialista. El «imperialismo militar feudal», como lo calificó Lenin, fue la primera. No carece de interés repasar cuál fue el modo de explotación predominante en ese periodo: feudal o tributario, o también, como propone Yuri Semiónov, «politocrático»4. Este debate lo ha puesto ahora sobre el tapete Alexander Etkind con sus investigaciones más recientes. De ellas se desprende que en aquel entonces predominaron los modos de explotación coloniales: «El imperio ruso era un gran sistema colonial tanto en sus fronteras lejanas como en sus oscuras profundidades, (…) un imperio colonial como el de Gran Bretaña o Austria, y un territorio colonizado como el Congo o las Indias Occidentales». La cuestión es que «al expandirse a espacios enormes, Rusia colonizó a su propio pueblo. Fue un proceso de colonización interna, la colonización secundaria del propio territorio».
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