¿Por qué Sor Juana es una mujer extemporánea?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Esta mujer plantó cara, abrió camino, se enfrentó a las empobrecidas mentes masculinas de la época y al clero retrógrado reencarnado una y mil veces como una hidra.
No tenía mucho encaje en aquel predio. Sobrada de conocimientos, de mirada penetrante y con un prognatismo muy acusado que le daba un plus de altivez, su esbelta figura arrollaba con su incontestable poderío. Era una mujer de belleza salvaje, que a una edad en la que la naturaleza femenina difícilmente se puede mejorar, decidió desaparecer en las profundidades de la mística y de la iluminación. Su afán de saber, su voracidad intelectual, su reto ilimitado a la ignorancia y al patrón de sumisión adjudicado a la mujer en aquellos pagos y en aquel tiempo, la convertirían en compañía poco recomendable a ojos de los que hacían del poder un arma de trepanación colectiva. O estabas con el convencionalismo más ortodoxo o podías aventurarte a un pronóstico nada halagüeño cerca de alguna hoguera inquieta. En su tiempo, no se veía con buenos ojos que una fémina alimentara curiosidad intelectual o independencia de pensamiento. Se llevaba el estilo sumisa y tontita. Si eras culterana o “ligera de cascos“, ya eras candidata a una lapidación –figurada o literal–, por rebeldía o por mear fuera de tiesto.
Pero esta mujer plantó cara, abrió camino, se enfrentó a las empobrecidas mentes masculinas de la época, al clero retrógrado reencarnado una y mil veces como una hidra, a una religión estrecha, patriarcal y rancia, la que quemaba por mera venganza y estreñimiento mental a mujeres como Hipatia o las brujas de Zugarramurdi, o a cualquier forma de pensamiento que tuviera más ventilación que la permitida por el pensamiento único.
Explicación:
espero que te sirva de algo
Respuesta:
Combatió la desigualdad con educación y se “atrevió” a compararse con la sociedad masculina de la época desde su celda. Desde allí se convirtió en una de las escritoras más sagaces y representativas del barroco.