¿Por qué se dice que la descolonización es ambigua?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
porque ya no existen muchas colonias
Respuesta:Dirigentes indígenas y yo viajábamos de Zumbahua a Latacunga. Cercanos a los 500 años de la llegada de españoles, me contaron que se reunirían con otros dirigentes para exigir la devolución de “sus tierras”. La posesión de la tierra daría consistencia a su identidad. Señalé que también el aprecio de su lengua y, con ella, su visión del mundo, etcétera, les devolvería gradualmente el “orgullo” de ser indígenas. Con esta observación puse indirectamente el dedo en la llaga ecuatoriana, peor que la pobreza: el complejo de inferioridad, que Leonidas Iza resumía así: “Indígena quiere ser mishu; mestizo quiere ser blanco, blanco quiere ser gringo”. Durante el viaje hubo una creciente apertura para aceptar que somos descendientes de remotos originarios mezclados con invasores; estos a su vez invadidos y mezclados con anteriores invasores. Ya que Ecuador, como todos los países del mundo, es cuna de hijos de un mestizaje milenario: ¿Qué elementos dejamos?
* En la elaboración de la actual Constitución hay algunas expresiones ambiguas, por ejemplo, “equidad de género”. Ocultando en ella el aborto, obtuvieron el voto favorable del “pueblo soberano”.
* La nueva Ley de Educación anuló la Ley de Libertad Educativa de los Padres de Familia, con el argumento de algunos asambleístas, que confundían instrucción acerca de religión con catequesis. La ley suprimida fue aprobada por las tres funciones del Estado, después de dos años de reflexión y debates en cadenas de radio y TV. Estaba siendo aplicada en el 40% de establecimientos por varios credos religiosos, a pesar de que el Ministerio de Educación, sometido a un partido, no reglamentó la ley. Con la ideología sectaria de “nada de Dios en lo público”, la Asamblea levantó legalmente un altar al no dios. La historia dice que en el altar del no dios se inmola la libertad.
* Fue un pequeño signo ambiguo la iniciación del actual Gobierno con ritos chamanes.
* La ministra de Cultura ha establecido como un punto programático la descolonización del Ecuador. No la define. Urgida por Ernesto Rivadeneira, invoca ambiguas tesis de “grandes intelectuales latinoamericanos”. Es más concreta al señalar como objeto de descolonización los defectos por muchos declamados: racismo, discriminación, exclusión, elitismo, eurocentrismo. La ministra deja en la ambigüedad las “rémoras coloniales”. Los ecuatorianos tenemos que empeñarnos en purificarnos de esos defectos. Pero nuestra identidad mestiza tiene también valores. Es tarea de todos, también de la ministra, superar el complejo de inferioridad, concretizado en una mirada meramente negativa de nuestra identidad. Elementos positivos, algunos declarados patrimonio de la humanidad, el castellano, que nos une al mundo, el arte quiteño mundialmente apreciado, fundamentan un “orgullo” patrio. A ideólogos ajenos a la identidad ecuatoriana disgusta que las mejores expresiones de nuestro mestizaje hayan sido motivadas por el cristianismo, que quisieran destruir a la sombra de una descolonización. ¿Callar? Es lo más cómodo. Mi identidad ecuatoriana exige decirle al presidente católico que algunos colaboradores le trazan un sendero anticristiano. Mi pequeña reducida experiencia me ha descubierto que los que más criticaron mis decisiones, sugiriendo correcciones, siguen siendo mis mejores amigos.
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