Por que es importante la solemnidad para su vida?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Solemnidad deriva de la palabra solemne, que son los principios que le dan firmeza, validez o compromiso a un acto o suceso.
Lo solemne suele estar bien entendido hacia afuera… pero poco, muy poco hacia adentro. Se está más acostumbrado a respetar la solemnidad impuesta que a la autoimpuesta, y nada debería de tener más importancia para uno mismo que la importancia que uno le da a sus prioridades.
Piénselo… se es solemne hacia afuera… como si fuese más significativo quedar bien con los demás que con uno mismo, como si los actos personales pudiesen ser relegados por los actos ajenos, como si cumplir con los otros fuese más trascendental en su vida que cumplir consigo mismo.
Pero los hay… hay algunos que van por ahí siempre atentos, siempre pendientes e incluso hasta preocupados por cumplir a rajatabla con las solemnidades que se le impongan, esos, los que priorizan equivocadamente su lugar; esos, los que pretenden estar siempre donde puedan ser vistos, esos, que se sienten cómodos en la falsedad y también en el disimulo.
Esos, los amedrentados ante el qué dirán, los que pasan por alto sus decisiones, los que ceden siempre, los que se minimizan ante los demás; esos, los que eligen con su presencia dar firmeza, validez y compromiso a los actos o sucesos ajenos. Y allá quien decida respetar las imposiciones ajenas y allá, también, quien se deleite en las masas. Lo cierto es que la solemnidad primero debería de existir con uno mismo, hacia su persona, su pensamiento, su razonamiento y sus emociones; hacia sus elecciones, sus decisiones y sus actos.
Ésa es la solemnidad más importante, respetar de manera estricta, precisa y rigurosa quien es uno y lo que uno necesita.
La mayoría de las dificultades o conflictos dejarían de existir si uno fuese más solemne consigo mismo.
Cuán grande sería la diferencia si se impusiera límites, si aprendiese a disfrutar, a cuidar, a procurar, a atender y a amar la persona que es y el proceso personal por el que pasa o ha tenido que pasar para llegar a ser lo que desea ser o para ser quien es; si fuese más claro con respecto a lo que quiere, si fuese más dedicado hacia la meta de alcanzar sus propios sueños y más independiente en su forma de ser, de pensar y de sentir.
La falta de solemnidad hacia uno mismo es la falta de principios que den firmeza, validez y compromiso con quien se es, con lo que hace y con lo que desea y, quizá, ésa sea la razón principal por la que tantos y tantas se vuelven permisivos y se colocan voluntariamente en un lugar donde son invalidados y, tristemente, utilizados para fines ajenos a sí mismos.
Quien no se respeta no puede ganarse el respeto, porque el respeto comienza por uno mismo en su capacidad de imponer e imponerse límites.
Por eso, hoy le invito a reflexionar sobre la solemnidad con la que se vive a sí mismo y vive su vida, sobre el respeto que profesa ante sus decisiones y sobre la contundencia de sus actos… porque es ahí donde puede definirse y ser quien desea y debe ser.
Mejor elija siempre su solemnidad a la solemnidad que otros quieran imponer, mejor elija ser visible y notable para sí mismo y hacer de sus prioridades algo realmente trascendental. Como siempre, usted elige.
¡Felices solemnidades, felices vidas!
Explicación: