¿Por qué en Colombia no aparecen más expresiones culturales? *
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Respuesta:
La cultura en Colombia ha ganado espacios entre la opinión pública gracias a los logros que artistas, escritores y gestores culturales han tenido desde hace muchos años. Sin embargo, el sector cultural ha sido noticia en las últimas semanas no por cuenta de los premios o los buenos oficios, sino por una serie de polémicas que han tenido un gran despliegue mediático.
Tan solo la semana pasada el país conoció el enfrentamiento de dos bandos entre los directivos del Festival Iberoamericano de Teatro (FITB); la negativa inicial de la Secretaría de Cultura de Bogotá de comenzar el proyecto de construcción de la Cinemateca –decisión que finalmente se echó para atrás–; la protesta de los músicos de la Orquesta Filarmónica de Bogotá que reclaman una esperada nueva sede, y el anuncio, más tarde revocado, del Instituto Distrital de las Artes según el cual los festivales de música de la ciudad –Colombia, Jazz y Salsa al Parque– se fusionarían en uno solo.
Dichas polémicas y noticias pueden ser sanas en la medida en que se enfrentan posiciones diferentes para encontrar soluciones y explicaciones distintas. Pero más allá de eso destaparon varios temas de fondo que tienen que ver con la coyuntura actual del país, y las condiciones que tendrá que afrontar la cultura ante la firma de la paz y la búsqueda de la reconciliación de los colombianos. Los temas de fondo pasan, por ejemplo, por lo presupuestal: hoy lo destinado a este sector, dentro del Presupuesto General de la Nación, tan solo representa el 0,2 por ciento del total, cifra que está por debajo de países como Brasil, México, Uruguay o Ecuador.
Las dificultades que atraviesa la cultura se palpan en todo el país. Por ejemplo, hace dos años el Instituto Colombiano de Ballet Clásico (Incolballet), con sede en Cali, estuvo a punto de desaparecer después de la salida de su directora, Gloria Castro, y de un retraso de seis meses en el desembolso del presupuesto departamental. Hace dos meses, Conchita Penilla di Meo, quien dirigió la primera Feria del Pacífico en una ciudad huérfana de eventos editoriales, hizo público su retiro de la feria por considerar que un grupo empresarial privado estaba promoviendo otra en contravía de su idea inicial. Hoy no se sabe si Cali tendrá o no feria. Además, se hizo pública una protesta por el cambio de sede y la mala gestión del Festival Petronio Álvarez, y por la posible demolición del Hotel Aristi, un patrimonio arquitectónico de la ciudad.
Así mismo, a mediados de 2015, el gremio editorial de Barranquilla manifestó su descontento frente a la forma en la que la Secretaría de Cultura, Patrimonio y Turismo de la ciudad había escogido a los miembros del Consejo Distrital de Literatura, por considerarlos poco idóneos para asumir esa responsabilidad.
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