podemos decir que ahora exsiste igualdad de derechos y oportunidades entre mujeres y hombres, Por que
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Que vivimos en un sistema patriarcal es algo obvio e indiscutible. ¿Estás de acuerdo? Pero lo que algunas personas todavía no acaban de entender es que es necesario legislar y hacer política desde el punto de vista de la discriminación positiva. Y es que no es lo mismo la igualdad que la equidad.
De hecho, existen leyes, políticas, ayudas sociales, etc. igualitarias que, sin embargo, no son equitativas. Porque la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, en ocasiones, sigue dejándolas a ellas en desventaja o situación de riesgo. ¡Y es algo que nos afecta al conjunto de la sociedad, sin excepciones!
Igualdad de derechos entre hombres y mujeres
Según el artículo 2 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, todas las personas tienen los mismos derechos y libertades, sin hacer distinción por raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. Lo mismo indica la Constitución Española en su artículo 14.
Que nuestra sociedad haya alcanzado a nivel legislativo la igualdad de derechos entre hombres y mujeres es un enorme logro, pero no es suficiente. Así que no podemos quedarnos aquí, es hora de ir más allá. Debemos seguir avanzando para conseguir una sociedad en la que todos y todas tengamos en la práctica, y no solo sobre el papel, las mismas oportunidades, la misma libertad y los mismos privilegios. ¿Y sabías que eso también está en tus manos?
Además, el artículo 3 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales señala que los firmantes se comprometen a garantizar que hombres y mujeres gocen por igual de los derechos económicos, sociales y culturales relatados en el documento.
Pero para que esto se pueda llevar a cabo, no es suficiente con dictar leyes y normas igualitarias. Sino que, al redactarlas, es necesario tener en cuenta la desigualdad económica, social, cultural y biológica existente entre hombres y mujeres para poder superarla y no seguir perpetuando un estado que relega a la mujer a un segundo plano. ¿Te sumas?
Discriminación directa vs. discriminación indirecta
En nuestro país no existe la discriminación directa por razón de género a nivel legislativo. Sin embargo, sigue existiendo a nivel cultural y social, en el mercado laboral y en el ámbito familiar, entre otros. Y se produce cuando hay una clara diferencia en el trato que recibe una mujer con respecto al que recibe un hombre en las mismas circunstancias. ¿Lo has identificado alguna vez?
La discriminación indirecta por razón de género es algo que aún está lejos de erradicarse en España, ya que es más difícil de detectar y el conjunto de la sociedad (Estado, votantes, profesionales de la Justicia, clase política, etc.) no ha tomado conciencia de su existencia.
Se da cuando la ley, norma o medida política, aun no teniendo apariencia discriminatoria, sí produce una diferencia entre géneros a la hora de aplicarla. Por ejemplo, sucede cuando se elabora una ley sin tener en cuenta la situación de desventaja, por causas económicas, sociales, culturales o biológicas, de la que parten las mujeres con respecto a la de los hombres.

Por lo tanto, el principio de igualdad de derechos entre hombres y mujeres es deficitario y no garantiza una verdadera equidad. Es necesario, vital e, incluso, urgente que la Justicia y la clase política tengan esto en cuenta durante el ejercicio de sus responsabilidades. Por otro lado, es igual de importante que las personas adquiramos conciencia de ello a la hora de tomar decisiones y de comportarnos en el trabajo, en nuestro círculo social y familiar y en cualquier otro ámbito de nuestra vida.
Alcanzar una verdadera igualdad entre hombres y mujeres es responsabilidad de todos y todas. ¡Asume tu parte de responsabilidad y actúa para motivar el cambio