Ciencias Sociales, pregunta formulada por CristhianOniX, hace 1 año

pensamiento de mahatma gandhi y martin luther king sobre la revolución pacífica?

Respuestas a la pregunta

Contestado por JEANPOOLTORRES
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creo que debe ser asi porque ase poco empeze a enfocarme en gandhi


En marzo de 1968 el doctor Martin Luther King, Jr. había llegado de Memphis. El propósito de la visita era preparar una marcha solidaria con el pueblo pobre de los Estados Unidos. Mientras se dedicaba a ello, llegó la noticia de la represión de unos dos mil barrenderos que reclamaban sus derechos a una mejor vida mediante una huelga. La represión conmovió profundamente a King y organizó una manifestación en apoyo a los huelguistas. El 28 de marzo se llevó a cabo; pero hubo desórdenes y choques sangrientos con la policía. Como resultado de la violencia desatada contra los manifestantes, se creó un ambiente tenso y peligroso.  

El doctor Martin Luther King decidió realizar otra marcha el 8 de abril.  

El día 3 fue invitado a predicar en el templo Charles J. Mason, sede de la Iglesia de Dios en Cristo Jesús, la mayor de las denominaciones afronorteamericanas pentecostales en los Estados Unidos. En la conclusión de su sermón, con la profunda convicción del profeta y de la hora dramática que envolvía a todos, exclamó: “Yo he visto la Tierra Prometida. Puedo no llegar a ella con ustedes. Pero quiero que sepan que nosotros, como pueblo, llegaremos a la Tierra Prometida. No me preocupa nada. No temo a ningún hombre. Mis ojos han visto la gloria de la llegada del Señor”.

Al día siguiente, el 4 de abril de 1968, casi a las seis de la tarde, salió a la terraza de su habitación del viejo Motel Lorraine, de Memphis. Paseaba de un lugar a otro, meditando el sermón que debía predicar esa noche en otra iglesia de la ciudad. Muy cerca de él estaba Ben Branch, el director de la parte musical del programa.  

“Ben” –dijo King–“me gustaría oír esta noche mi spiritual preferido, Precius Lord”. Ambos recordaron el regusto a Getsemaní de una de sus estrofas:

Mi buen Señor, dame tu ayuda.

Estoy fatigado, ya no tengo fuerzas.

Me siento como extranjero en esta tierra.

El sentido de estas palabras, que en tantas ocasiones su pueblo arrancado de Africa y esclavizado en América había cantado a través de los años, le hizo inclinar el rostro hasta la barandilla. Fue el momento del tiro fatal. Tuvo un sobresalto y se desplomó.


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