Hijos, venid todos, que tengo que hablaros –nos dijo.
¿Qué habríamos hecho? ¿Iría a castigarnos? Pero no era eso:
-Antes erais pequeños. No teníais tareas ni preocupaciones. Ahora habéis crecido.
Cuando un pollo crece, tiene que aprender y estar preparado.
¿Para qué tenemos que estar preparados?
Para ser gallinas o para ser gallos. Los pollos pequeños son todos iguales:
con colitas cortas y plumas suaves. Pero de mayores se vuelven distintos.
Y unas son gallinas y otros son gallos.
Pusimos caras de sorpresa. Nos parecía raro volvernos distintos al llegar a grandes.
Sabíamos ya qué era ser gallina, pero no sabíamos qué era ser gallo. Hicimos
preguntas para comprenderlo:
¿Cómo son los gallos?
Los gallos son machos. Las gallinas,
hembras. Los gallos son grandes, de cabeza alta y cresta empinada. Tienen cola larga, que
primero sube y luego se baja. La cola de un gallo parece una fuente.
También, en las patas, llevan espolones.
¿Qué son espolones?
Son como cuchillos.
Y ¿para qué sirven?
Para pelear.
Pero si a los pollos sus madres les riñen cuando se pelean.
Es que es diferente. Los gallos son grandes.
¿Si alguien era grande podía pelear? ¡Qué cosa tan rara!
Nuestra madre siguió con su charla:
-A partir de ahora tendremos lecciones y hay que comer mucho.
Porque de mayores tenéis que ser todos fuertes y elegantes.
¿Por qué hay que ser fuerte y elegante cuando se es mayor?
Porque si lo eres nadie te discute, todos te saludan, y te dejan paso para que te comas los mejores granos de trigo o maíz.
¿Y si no lo eres?
Nadie te saluda ni te deja sitio para comer granos. Y si eres gallina, se ríen de ti, te gritan por todo e incluso te pican. Pero, si eres
gallo, es mucho peor.
¿Qué le pasa a un gallo?
Si un gallo no es fuerte, ni tiene la cresta empinada y roja, ni la cola larga, no sirve de jefe en el gallinero. Entonces...
¿Entonces qué ocurre?
Entonces llega la mujer granjera. Lo lleva a su casa, lo echa en la cazuela, después se lo guisa, luego se lo come.
Nos miramos todos con cara de espanto.
Me tiemblan las plumas de pensar que uno de vosotros vaya a convertirse en un gallo débil, con la cresta pálida y la cola corta
añadió mi madre.
Cuando terminó, todos mis hermanos hicieron la misma pregunta:
¿Soy gallo o gallina?
-Aún no estoy segura. Lo sabré muy pronto. Lo que importa ahora es que comáis
mucho.
Y luego me miró a mí sola:
Se acabó hoy mismo esa tontería de querer volar.
¿Por qué? –pregunté.
Porque es perder el tiempo.
Entonces, las alas, ¿para qué me sirven?
Pues si eres un gallo, para levantarlas con mucho ruido. Así verán todos la fuerza
que tienes. Y si eres gallina, para tapar hijos.
Me gustan mis alas. No quiero que sólo sirvan para eso. Y me siento alegre cada
vez que vuelo.
¿Es que tú te crees que la vida sirve para estar alegre?
Le dije que sí, y ella se enfadó. Yo no sé por qué.
Escúchame bien, pollo atolondrado. La vida es muy dura y la gente grande tiene
que ser seria –me dijo.
A mí me parece que si hay que estar todo el tiempo serio, y la vida es dura, no me va a gustar eso de ser grande –le dije.
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TONTO
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1.- una gallina y sus pollitos
2.- un pollito
3.-por que podía correr más, irse más lejos y volar alto
4.- por que ya no podría volar
5.- por que ya estaban creciendo todos los pollitos
6.- pensaron que habían hecho algo malo y los hiban a castigar
7.- por que de mayores tienen que ser fuertes y elegantes
8.- no por que nunca ve un lado positivo a las cosas y siempre piensa en lo malo que puede pasar
9.- no, por que se supone que todos deben de comer y no solo ellos por ser "fuertes"
10.- con el polluelo, el volar les puede ayudar a hacer cosas o escapar de ser una presa
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