explixa el legado actual del pensamiento ilustrado
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a Ilustración podría definirse como el conjunto de valores ideológicos desarrollados en Europa y América desde 1680 hasta finales del siglo XVIII, época en la que fueron progresivamente desplazados por las ideas de la Revolución Francesa del año 1789.
El movimiento Ilustrado nació en Gran Bretaña, pero fue en Francia donde alcanzó su mayor desarrollo y consiguió el mayor número de seguidores: primero con las Academias y luego con la difusión de la monumental Enciclopedia, dirigida por Diderot y D´Alambert, y de las obras de Voltaire, Rousseau y Montesquieu, que constituyeron un importante medio de la transmisión del pensamiento ilustrado francés en toda Europa. Así, en España se aprecia su influencia desde el principio del siglo XVIII, pero con mayor fuerza en su segunda mitad.
La Ilustración debe considerarse como una manera de proceder basada en la crítica y en la autonomía de la razón frente a cualquier dogmatismo. Esta visión del mundo, que se oponía a las ideas del Antiguo Régimen, fue retomada por una buena parte de la Administración del Estado, destacando el Ejército y la Marina, pero también por una emergente clase burguesa que ya tenía la conciencia de su condición, debido a su ascenso económico.
Los ilustrados consideraban que la doctrina racionalista, su concreción en las ideas de utilidad y el desarrollo de las ciencias, debería conducir al progreso de la sociedad, así como a la felicidad de las personas.
Aunque la ideología ilustrada giraba alrededor de las ideas de tolerancia, igualdad, libertad, educación, progreso, filantropía y respeto al interés general y a la propiedad privada, en su desarrollo político se mantenían e incrementaban esquemas absolutistas como es el caso del "despotismo ilustrado", que simplemente trataba de racionalizar desde el poder establecido.
Desde el punto de vista económico, la Ilustración impulsó las ideas fisiócratas, que propugnaban el principio de que la naturaleza y la tierra son la base fundamental de la riqueza, aunque bajo el dominio del hombre. La consecuencia de ello fue una nueva política agraria, el desarrollo de las industrias y del comercio.
En España, el Estado lideró el proceso reformador a través de los programas, proyectos y obras de las Secretarías del Rey (Ministerios): Hacienda, Ejército y Marina.