Castellano, pregunta formulada por lilianabelarde, hace 1 año

escribirme un cuento de terror

Respuestas a la pregunta

Contestado por nigmavalentina1
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dicen q en el colegio magdalena ortega de nariño ai un fantasma nanis no digas su nombre 3 beses o se te aparececera en el baño de cole sigiendo con la historia eya era una indigena i vivia juto donde queda el cole y ai abia un lago eya no savia nadar pero sus primos la molestavan por eyo entonces un dia candsada sde eyios 
se metio al lago y tenia el pelo muy largo y se la yevo un remolino y se aogo lugo a unos pescadores se les coyo yun cuchiyo la cual le cayo en los ojos y algunos dicen q eya todavia la espera a su mama para decir lo q paso y q poueda estar enpas
Contestado por ivannitacastro
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Respuesta:ALUCINACIÓN

De las dos personas que estaban hablando, una era el médico, Henry O’Connor.

—Le pedí que viniera, doctor, porque creo que estoy un poco loca.

—Pues parece usted perfectamente —contestó el médico.

—Tengo alucinaciones. Todas las noches me despierto y veo en la habitación, mirándome fijamente, un enorme perro negro con una pata delantera de color blanco.

—Dice usted que despierta. A veces, las alucinaciones tan sólo son sueños.

—Despierto, de eso estoy segura. A veces me quedo acostada mucho tiempo mirando al perro como el azabache, tan fijamente como él a mí... siempre dejo la luz encendida. Cuando no puedo soportarlo más, me siento en la cama, ¡y no hay nada en la habitación!

—La descripción que me ha dado del animal concuerda con la del perro del fallecido Atwell Barton. La mujer se incorporó a medias en su asiento, pero volvió a sentarse e hizo un visible intento de mostrarse indiferente.

—Me acuerdo de Barton —dijo—. Se informó que... ¿no hubo algo sospechoso en su muerte?

—Hace tres años, el cuerpo de su viejo enemigo, Atwell Barton, se encontró en el bosque, cerca de su casa y también de la de usted. Había muerto acuchillado. No hubo detenciones porque no se encontró ninguna pista.

—Ah… ¿Pero qué pasó con su perro? —Fue el primero en encontrar el cuerpo. Murió de hambre sobre su tumba.

—¿Qué tiene que ver todo esto con mi problema?

El médico se levantó, puso una mano sobre el brazo de la paciente y le dijo con amabilidad :

—Perdóneme. Así, de improviso, no puedo diagnosticar su trastorno... quizá mañana. Acuéstese; yo pasaré la noche por aquí, en su biblioteca. ¿Podrá llamarme sin levantarse de la cama?

—Sí, hay un timbre eléctrico.

—Perfectamente. Si algo le inquieta, pulse el botón, pero sin erguirse. Buenas noches. Instalado cómodamente en un sillón, el médico cogió un libro de la mesa que tenía a su lado y miró el título. Eran las Meditaciones de Denneker. Lo abrió al azar y empezó a leer:“Así como la carne tiene espíritu y adopta por lo tanto las facultades espirituales, también el espíritu tiene los poderes de la carne, aunque se salga de ésta y viva como algo aparte, como atestiguan muchos actos violentos realizados por los espíritus de los muertos. Y hay quien dice que el hombre no es el único en esto, pues también los animales tienen la misma inducción maligna, y...”.

Interrumpió su lectura una conmoción en la casa. El lector soltó el libro, salió corriendo de la habitación y subió veloz-mente las escaleras que conducían al dormitorio de la paciente. Intentó abrir la puerta pero estaba cerrada. Empujó con el hombro con tal fuerza que ésta cedió. En el suelo, junto a la cama en desorden, yacía la mujer moribunda. El médico levantó la cabeza de ésta del suelo y observó una herida en la garganta.

Después, el examen detallado reveló las señales inequívocas de unos colmillos de animal profundamente hundidos en la vena yugular.

Pero allí no había habido animal alguno.

Explicación:

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