Castellano, pregunta formulada por carloscastrog26, hace 1 año

Escribir dos ejemplos donde se note el mal uso de la
adecuación. (propiedades de un texto)

Respuestas a la pregunta

Contestado por sgomeztipiani
1

Respuesta:

La coherencia

Una propiedad que debe poseer un texto es la coherencia. Esto significa que los textos responden a un tema general o global y, en sucesivos niveles, a temas más particulares que se expresan en unidades menores. Así, por ejemplo, una sentencia tiene un tema general, que es el propio de la causa que hay que resolver. A su vez, se podrá determinar el tema de cada apartado y de cada considerando. Del mismo modo, yendo hacia el interior del texto, corresponderá un tema para cada párrafo y así podríamos seguir con cada oración. Entonces, la coherencia del texto se establece cuando se identifican este tipo de relaciones, que nos permiten relevar el tema global y la serie de temas que derivan de él.

La coherencia implica que el texto esté organizado lógicamente y que sea posible interpretarlo. Esta propiedad textual se relaciona con la selección de la información pertinente o relevante y con su estructuración de una manera comprensible. De todos modos, no existe una forma única de reconocer o jerarquizar la organización temática de un texto porque ésta depende de la interpretación, que es un proceso en el que intervienen diversos factores.

Cuando se escribe es importante saber discriminar la información relevante de la irrelevante. Además, el modo de organizarla depende en buena parte del tipo de texto. En general, debe exponerse la información progresivamente para evitar tanto las “lagunas” (las omisiones de información necesaria) así como la redundancia (la reiteración de información que es obvia o se sobreentiende). Para caracterizar estos aspectos, algunos lingüistas han propuesto la noción de macroestructura, que es ‘la representación abstracta de la estructura global de significado del texto’, es decir, un tipo de esquema que contiene todas las informaciones del texto y las clasifica según su importancia y sus interrelaciones.

En el siguiente ejemplo, presentamos un texto y un resumen esquemático de su organización temática:

Los pactos internacionales suscriptos por nuestro país, y otros del continente, han intentado sin duda crear un “sistema” de derechos humanos, garantías individuales o libertades públicas. Pero sólo tiene sentido la búsqueda de bases para crear en la realidad un sistema viviente, en caso que no exista. Ello supone también, necesaria y simultáneamente, denunciar las asistematicidades dentro del orden jurídico y con respecto a su funcionamiento real.

En nuestros países hemos tenido, en distintos momentos del siglo XX, largos períodos de oscurantismo autoritario, con supresión o debilitamiento de los mecanismos básicos de representación, participación, libertad, opinión pública, control, responsabilidad, etc. Por lo tanto, que los derechos humanos hayan casi perecido en estos momentos históricos no puede sorprender a nadie.

La mayor parte de nuestros países ha emergido de las autocracias, y se han restituido en muchos de ellos los mecanismos democráticos. Incluso muchos han suscripto la sumisión al orden jurídico supranacional de los derechos humanos. Han pervivido sin embargo en cada sistema jurídico interno una enorme cantidad de trazos derivados de los períodos autoritarios. Por momentos cabe preguntarse, por lo menos entre nosotros, si ha tenido impacto o repercusión práctica la suscripción de los tratados internacionales. Por cierto que no cabe ser tan pesimista, pero sí corresponde señalar que el objetivo de un sistema eficaz y eficiente de derechos humanos, se halla muy distante de poder ser concretado en la realidad.

En otras palabras, el funcionamiento normal de la democracia política, cuando ocurre, no ha garantizado automáticamente, ni podía quizás haberlo hecho, una paralela y consecuente democratización de la administración, un respeto generalizado de las libertades públicas y derechos individuales, sea por la administración o por los particulares entre sí, ni la vigencia interna de los tratados suscriptos solemnemente ante la comunidad internacional.

Han subsistido una administración y una sociedad autoritarias dentro de un contexto político superficialmente democrático en cuanto a las grandes líneas —de existir un sistema de partidos políticos, funcionar los tres poderes del Estado, existir prensa libre, haber elecciones libres, etc. Es en ese contexto, y no en otro imaginario, que tenemos un esquema normativo básico de derechos humanos, libertades públicas, garantías y derechos individuales: normativo, pero no viviente, vigente, ni eficaz.

Explicación:

Contestado por juanda07jdg
2

Respuesta:

La coherencia

Una propiedad que debe poseer un texto es la coherencia. Esto significa que los textos responden a un tema general o global y, en sucesivos niveles, a temas más particulares que se expresan en unidades menores. Así, por ejemplo, una sentencia tiene un tema general, que es el propio de la causa que hay que resolver. A su vez, se podrá determinar el tema de cada apartado y de cada considerando. Del mismo modo, yendo hacia el interior del texto, corresponderá un tema para cada párrafo y así podríamos seguir con cada oración. Entonces, la coherencia del texto se establece cuando se identifican este tipo de relaciones, que nos permiten relevar el tema global y la serie de temas que derivan de él.

La coherencia implica que el texto esté organizado lógicamente y que sea posible interpretarlo. Esta propiedad textual se relaciona con la selección de la información pertinente o relevante y con su estructuración de una manera comprensible. De todos modos, no existe una forma única de reconocer o jerarquizar la organización temática de un texto porque ésta depende de la interpretación, que es un proceso en el que intervienen diversos factores.

Cuando se escribe es importante saber discriminar la información relevante de la irrelevante. Además, el modo de organizarla depende en buena parte del tipo de texto. En general, debe exponerse la información progresivamente para evitar tanto las “lagunas” (las omisiones de información necesaria) así como la redundancia (la reiteración de información que es obvia o se sobreentiende). Para caracterizar estos aspectos, algunos lingüistas han propuesto la noción de macroestructura, que es ‘la representación abstracta de la estructura global de significado del texto’, es decir, un tipo de esquema que contiene todas las informaciones del texto y las clasifica según su importancia y sus interrelaciones.

En el siguiente ejemplo, presentamos un texto y un resumen esquemático de su organización temática:

Los pactos internacionales suscriptos por nuestro país, y otros del continente, han intentado sin duda crear un “sistema” de derechos humanos, garantías individuales o libertades públicas. Pero sólo tiene sentido la búsqueda de bases para crear en la realidad un sistema viviente, en caso que no exista. Ello supone también, necesaria y simultáneamente, denunciar las asistematicidades dentro del orden jurídico y con respecto a su funcionamiento real.

En nuestros países hemos tenido, en distintos momentos del siglo XX, largos períodos de oscurantismo autoritario, con supresión o debilitamiento de los mecanismos básicos de representación, participación, libertad, opinión pública, control, responsabilidad, etc. Por lo tanto, que los derechos humanos hayan casi perecido en estos momentos históricos no puede sorprender a nadie.

La mayor parte de nuestros países ha emergido de las autocracias, y se han restituido en muchos de ellos los mecanismos democráticos. Incluso muchos han suscripto la sumisión al orden jurídico supranacional de los derechos humanos. Han pervivido sin embargo en cada sistema jurídico interno una enorme cantidad de trazos derivados de los períodos autoritarios. Por momentos cabe preguntarse, por lo menos entre nosotros, si ha tenido impacto o repercusión práctica la suscripción de los tratados internacionales. Por cierto que no cabe ser tan pesimista, pero sí corresponde señalar que el objetivo de un sistema eficaz y eficiente de derechos humanos, se halla muy distante de poder ser concretado en la realidad.

En otras palabras, el funcionamiento normal de la democracia política, cuando ocurre, no ha garantizado automáticamente, ni podía quizás haberlo hecho, una paralela y consecuente democratización de la administración, un respeto generalizado de las libertades públicas y derechos individuales, sea por la administración o por los particulares entre sí, ni la vigencia interna de los tratados suscriptos solemnemente ante la comunidad internacional.

Han subsistido una administración y una sociedad autoritarias dentro de un contexto político superficialmente democrático en cuanto a las grandes líneas —de existir un sistema de partidos políticos, funcionar los tres poderes del Estado, existir prensa libre, haber elecciones libres, etc. Es en ese contexto, y no en otro imaginario, que tenemos un esquema normativo básico de derechos humanos, libertades públicas, garantías y derechos individuales: normativo, pero no viviente, vigente, ni eficaz.

Explicación:

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