Es uno de los principales problemas que presentaban los caminos que conectaban las distintas ciudades durante el siglo 19.
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Caminos y transportes
mexicanos al comenzar
el siglo XIX 1 SERGIOORTIZHERNAN
..,,
Des~e el siglo XVI, primero del dominio español, comenzaron a
construirse caminos para bestias y carretas en el territorio de lo
que de~pués sería México. En un principio, los conquistadores
mejoraron las sendas o veredas ind(genas, ampliándolas y conso-
lindándolas, puesto que hablan sido trazadas para el uso exclusivo
de peatonbs. Con la colonización de riuevos espacios y el acicate
de las' riquezas metálicas se construyeron otras rutas que
penetraban en los va.stos dominios de los indios nómadas. Tal
fue e.l. caso de ·la "ca_rretera de la plata" que se extend(a hacia el
norte, hasta Zacatecas y sus inrneráles 'recién descubiertos en la
Bufa. También fue el caso de los caminos que partlan desde
Guadalajara hasta juchipila, Zacatecas, Mazapil y Saltillo, o
hasta Tlaltenango, jerez y Fresnillo, o hasta Nochistán, Teocal-
tiche, Aguascalientes y el presidí~ de Cu!cillo ...
Existían, desde luego, dos rutas de acceso desde las costas
malsanas de Veracruz hasta la ciudad de México: una era
llamada de "Las Ventas"; la otra pasaba por jalapa, Perote y
Puebla. Había comunicación entre Puebla y Oaxaca y entre ésta
y Tehuantepec y 'Hualulco; entre Orizaba y Veracruz; entre
Orizaba y Huatusco . Desde la capital de la Colonia, levantada
sobre las ruin as de la esplendorosa Tenochtitlan, pod la viajarse ·
a Querétaro, San Fel ipe y Tepezala y, pasando por Zacatecas,
Sombrerete y Nombre de Dios, llegar hasta Durango. También,
a partir de San ~elipe, s~ arribaba a San Luis Potosí, Venado y
Nota: Este texto forma parte del libro Los ferrocarriles de México.
Una vi~ión social y económica, cuya segunda edición aparecerá próxima-
mente. Se le han agregado dos cuad-ros y un mapa, tomados de un
trabajo previo de"/ autor.
Charcas; y las feraces comarcas de Michoacán y· sur de Guana-
juato, unidas con la ciudad de México, permitían el paso a
León y Teocaltiche y luego, hacia el occidente, hasta Guadala-
jara.
Asimismo, estaba ya trazada la vla terrestre entre la Altipla-
nicie y la Mar del Sur, que más tarde seria llamada "el camino
de Asia", por comunicar la ciudad de México con Acapulco, a
donde llegaban los galeones de las Filipinas. Por el lado ·
nororiental, a partir de Querétaro, era posible transitar un mal
camino de herradura, apenas vereda en muchas ocasiones, que
conducía hasta Tampico, salvando accidentados parajes. Ade-
más, en muchas partes surgieron caminillos alimentadores entre
las minas aisladas y las rutas principales, entre las zonas
agrícolas y los pequer'10s centros de consumo que comenzaban a
formarse.
Tal era, descrita a grandes rasgos, la infraestructura caminera
formada poco a poco según se extendía la colonización. Con el
tiempo permitió satisfacer, más o menos eficazmente, las necesi-
dades fundamentales del Virreinato, por cuanto hacía posible
conducir los metales al puerto de embarque, sosten(a la corrien-
te periódica de las importaciones y el resto de las exportacio-
nes, y daba curso a los abastecimientos para las ciudades
principales.
Durante la primera mitad del siglo XVIII decayeron las
condiciones de transitabi lidad de los cam inos, ya precarias desde
antes. El mal estado de ellos se acentuó tanto que se constitu-
yeron en serio obstáculo del buen desenvolvimiento de las
actividades económicas. Hacia finales de la centuria la situación
parecía ya insostenible y existía un acuerdo general.
Explicación:
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