en que debe gastarse el dinero de los impuestos de los mexicanos
Respuestas a la pregunta
Ya hace un mes que el gobierno federal entregó a la Cámara de Diputados elpaquete fiscal que incluye no sólo las propuestas que forman parte de la reforma fiscal, sino también el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para el próximo año. Sin embargo, la mayoría de la discusión pública se ha centrado principalmente en la parte de los impuestos y muy poco se ha tratado lo relativo al gasto público, no sólo con lo que respecta a cuánta lana es lo que se propone gastar en el 2014, sino en qué y para qué.
Si se han dado cuenta, la mayoría de las escaramuzas verbales de los partidos políticos y las figuras públicas se han concentrado en apoyar o denostar a la multicitada reforma fiscal. Que si es muy bueno que no se haya propuesto cobrar el IVA a los alimentos y medicinas, que si es pésima idea afectar a esa tan vapuleada clase media que con grandes esfuerzos lleva a sus hijos a colegios privados, que si se gravarán las hipotecas y la renta de casas y departamentos, que si el impuesto a los chescos es meramente recaudatorio o si en conjunto con otras políticas de salud contribuirá a reducir la obesidad (un gordito en cada hijo te dio), que si el IETU y el IDE desaparecen, que si se eliminan los privilegios fiscales que hacen que empresotototas paguen lo mismo que la miscelánea de Don Marce.
Pero si se dan cuenta poco se ha discutido sobre la calidad del gasto, es decir, en qué diablos se va a gastar nuestro dinero el gobierno.
Este asunto no es menor, sobre todo cuando es casi seguro que la lanotototaque se va a gastar el Gobierno Federal, junto con los otros Poderes de la Unión, los organismos autónomos (como el IFE y la CNDH) y los gobiernos estatales y municipales, pasará de los cuatro billones de pesos.
Aquí es importante empezar desde el principio.
Ya sabemos que el gasto del gobierno se financia por impuestos y derechos que pagamos los mexicanos (y mexicanas), así como también, de los ingresos petroleros que fueron algo así como 36 de cada 100 pesos con los que se financió el gasto público en el 2012.