¿En que circunstancias se pueden ejercer la prudencia, la justicia, la fortaleza , la lealtad y la humildad? escribe un ejemplo por cada un.
¡para hoy porfa!
Respuestas a la pregunta
la prudencia: es la capacidad de pensar, ante ciertos acontecimientos, sobre los riesgos posibles que estos conllevan.
la justicia: es el principio moral que inclina a obrar y juzgar respetando la verdad y dando a cada uno lo que le corresponde.
la lealtad: sentimiento de respeto y fidelidad a los propios principios morales.
la humildad : ser dadivoso, pasivo hacer lo justo con mucha mansedumbre.
Respuesta:
este no es un resumen
Si alguien ama la justicia, las virtudes son su especialidad, pues ella enseña templanza y prudencia, justicia y fortaleza; para el ser humano no hay en la vida nada más provechoso” (Sabiduría 8:7)
Presentación
Es necesario comprender la importancia de esas cuatro virtudes morales o cardinales, y por lo tanto humanas, para que al alcanzar por su medio las virtudes de la fe, la esperanza y la caridad, nos faciliten una perfecta unión espiritual con Dios.
Introducción
Todos conocemos cuáles son y qué representan las virtudes teologales o infusas, o por lo menos hemos oído hablar de ellas en mayor o menor grado. La fe, la esperanza y la caridad son virtudes del alma que nos unirán más a Dios en el aspecto espiritual. Pero para que esa unión espiritual sea efectiva, necesitamos mejorar en el aspecto humano por medio de las virtudes morales o cardinales.
Dicho de otra forma, la prudencia, la fortaleza, la templanza y la justicia en su estado óptimo infunden la sumisión del cuerpo al alma y restauran el orden humano inicialmente deseado por Dios en cada uno de nosotros, lo cual nos facilitará el fortalecimiento de nuestro vínculo espiritual con Dios.
Para una mayor comprensión global de ese vínculo espiritual, analizaremos cada aspecto individualmente, empezando por conocer la etimología de la virtud en general.
“Por lo demás, hermanos, todo cuanto hay de verdadero, de noble, de justo, de puro, de amable, de honorable, todo cuanto sea virtud o valor, tenedlo en aprecio”(Filipenses 4:8)
La virtud
La virtud es una propensión y facilidad para conocer y obrar el bien. Es aquel poder interior que permite a la persona tomar y llevar a término las decisiones correctas en situaciones adversas, para cambiarlas a su favor. La virtud es el ser o no ser de cada persona, usando su corazón como el supremo mediador.
La virtud ayuda a la persona a actuar correctamente en toda circunstancia, lo cual debe ser un empeño individual porque nuestro objetivo será siempre el de mejorar moralmente. Eso significa que debemos escoger entre adquirir la virtud o abandonarnos a los vicios.
El individuo se encuentra frente a una elección trascendental: elegir el bien para mejorar individualmente, o abandonar la búsqueda y adquisición de la virtud, en cuyo caso empeorará personalmente y se convertirá en vicioso y en esclavo de los impulsos del momento.
La persona virtuosa es alguien verdaderamente libre y el único camino que conduce a esa libertad es el de la virtud. Cuando la persona es dueña de sus propias acciones es porque posee una gran madurez, fruto de la virtud, y que le hará cumplir el bien de un modo fácil y gratificante, y así dará siempre lo mejor de sí misma. Sin virtud la persona podrá hacer una acción buena de vez en cuando, aunque de una manera dificultosa para ella, pero nunca será constante en el bien.
En el aspecto religioso las virtudes humanas adquiridas mediante la educación, los actos deliberados y una perseverancia mantenida siempre en el esfuerzo, son purificadas y elevadas por la gracia divina. Con la ayuda de Dios forjan el carácter y dan soltura en la práctica del bien, lo cual concede la felicidad a la persona que las practica.
“El objetivo de una vida virtuosa consiste en llegar a ser semejante a Dios”
(San Gregorio de Nisa – De beatitudinibus, Oratio 1)
Las virtudes cardinales en la antigüedad
Desde muy antiguo ya diversos autores mencionaron en sus obras lo que hoy conocemos como virtudes cardinales. Son de destacar en este campo los escritos de Cicerón en su obra De officiis (‘Sobre las obligaciones’), las Meditaciones, del emperador romano y filósofo Marco Aurelio, y La República, de Platón.
En esta última obra Platón describe las cuatro virtudes como:
Virtud Aspecto
Prudencia Calculativo
Fortaleza Enérgico
Templanza Apetitivo
Justicia Fundante y perseverante
Pero al mismo tiempo Platón describió cómo una persona puede lograr esas virtudes:
· La Prudencia viene del ejercicio de la razón.
· La Fortaleza viene de ejercer las emociones o el espíritu.
· La Templanza viene de dejar que la razón anule los deseos.