¿en cuál párrafo se evidencia la relación entre lo que nos cuenta Jorge y el cambio climático?
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Respuesta:
El tema del cambio climático no deja de suscitar polémica entre la comunidad científica. Es cierto que la mayoría de los investigadores coinciden en que se trata de un hecho constatado, pero algunos parecen discrepar, argumentando que tal cambio no existe en realidad, o bien que se está produciendo como consecuencia de ciclos climáticos naturales, no por la acción del hombre. A lo largo de este artículo trataremos de analizar las diferentes pruebas existentes, a fin de evaluar si es o no razonable pensar que la acción del hombre está alterando el clima del planeta.
En primer lugar es necesario explicar brevemente en qué consiste el efecto invernadero, pilar del concepto de cambio climático. La tierra recibe durante el día la energía radiada por el sol, energía que llega en forma de ondas de alta frecuencia. Debido precisamente a esta elevada frecuencia, la radiación atraviesa con relativa facilidad la atmósfera, llegando a la superficie terrestre en un elevado porcentaje. Por su parte, la Tierra también emite radiación hacia el espacio, aunque en este caso, debido a su menor temperatura, en modo de ondas de baja frecuencia. Pero no toda esta radiación vuelve al espacio, ya que los gases de efecto invernadero absorben una parte importante: las radiaciones de baja frecuencia emitidas por la tierra tienen un poder de penetración menor que las de alta frecuencia emitidas por el sol. Como consecuencia de ello, el equilibrio térmico se establece a una temperatura superior a la que se obtendría sin este efecto invernadero. Se trata por tanto de un elemento fundamental para la aparición y el mantenimiento de la vida en el planeta. En condiciones de equilibrio, la cantidad total de energía solar que alcanza la tierra se compensa con la cantidad de energía radiada al espacio, permitiendo a la tierra mantener una temperatura media constante a lo largo del tiempo.
Hasta aquí tenemos los hechos, hechos que ningún científico discute, ni siquiera los que niegan el cambio climático. Tampoco se discute que la actividad humana está modificando la composición de la atmósfera, al emitir CO2 en abundancia, así como otros gases que provocan un aumento del efecto invernadero. El debate no se centra, ni nunca se ha centrado, en discutir estos temas, que son aceptados por la totalidad de los investigadores. El debate real surge al plantearse la siguiente pregunta: ¿esta modificación en la composición atmosférica, con un notable incremento de los gases de efecto invernadero, está realmente cambiando el clima?. Hago esta reflexión porque creo que es importante centrar “sobre qué estamos discutiendo”: a veces se juega a la confusión en estos debates, de manera que una buena forma de enfocar la discusión es partir de aquellos puntos en los que todos estamos de acuerdo.
En mi opinión no hay duda sobre el incremento del efecto invernadero que la actividad humana está causando. Desde el inicio de la revolución industrial las emisiones de gases de efectos invernadero han aumentado hasta unos niveles sin precedentes, lo que unido a que la deforestación ha limitado la capacidad de la tierra para eliminar mediante la fotosíntesis el dióxido de carbono, está provocando un aumento de la temperatura global del planeta. No es por tanto razonable, como determinados círculos de interés pretenden, aludir a ciclos climáticos naturales para justificar el aumento de la temperatura del planeta. El cambio está siendo demasiado rápido.
Y para apoyar mi hipótesis de que efectivamente se está produciendo un cambio climático de origen antropogénico (causado por el hombre), no haré referencia al informe Stern, el protocolo de Kyoto o algún otro de los miles de informes y estudios que se han desarrollado sobre el tema. Ocuparía demasiado espacio. Sólo me referiré a uno que me parece especialmente relevante: el informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático(IPCC), organismo que recientemente ha recibido el Premio Nobel de la Paz. Y lo haré por dos razones:
En la Organización Meteorológica Mundial (que junto con la UNEP creó el IPCC) parece lógico que se encuentren los mayores expertos del mundo en clima.
El IPCC cuenta con el trabajo de más de 2.000 científicos provenientes de 100 países. Pocos estudios cuentan con el trabajo de tantos especialistas, lo que es una garantía de rigurosidad e imparcialidad.