Salud, pregunta formulada por arelyvntr, hace 11 meses

el poema de Ana rossetti​

Respuestas a la pregunta

Contestado por Ale9710
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Respuesta:

SI RECORDARAS AMOR MÍO...

Si recordaras, amor mío, qué es lo que te aguarda tras las

seguras paredes de la espera.

Si recordaras cómo ¡y qué cruelmente! el deseo atendido

oculta su puñalada de decepción.

Si recordaras que, una vez que la pasión estalla, el secreto

deja de ser escudo y huída,

no me insistirías para que te mostrara, para que te ofreciera,        

para que te otorgue.

Sino que te resignarías a sobrevivir dentro de mí en el dúctil        

territorio de los sueños, donde todos los modos de ternura        

que puedas inventar son permitidos, toda tempestad música        

y ningún temor es irrevocable.

Si recordaras, Amor mío, qué es lo que te aguarda tras las

seguras paredes de mi corazón,

no me obligarías a levantarme en armas contra ti, a detenerte,        

a desmentirte, a amordazarte, a traicionarte...

antes de que te me arrebaten, dulce silencio mío,

mi único tesoro, insensato e irreductible sentimiento.

Explicación:

(●'◡'●)

Contestado por solangevillacis2009
1

nocturno

MOMENTO I

Y la música ardiendo, estallando,

araña es de cristal, o una bengala;

el limón sobre un vaso teñido de violeta,

vigilante; y el blanco pantalón,

que en medio de la noche resplandece,

arrogante y magnífico como un corcel de Uccello,

hasta la madrugada perseveran.

MOMENTO II

Y la larga experiencia femineidad rapaz

del ojo ha descifrado en cierta boca triste

o impaciente ademán, o en tráslucida cera

de una carne vencida, al tasador más alto.

Lentos dedos resbalan, por la cadena, un dije,

del escote el confín, yerta gota cayendo,

amenazando al torso que se ahueca.

MOMENTO III

Y ese instante: la puerta traspasada

que se cierra apresando,

y el peligro contiguo y el abrazo inminente

pues la luz ha prendido por sorpresa la estancia

y una ajena presencia, radiante entre las joyas,

devuelven las vitrinas.

Y quizás la belleza sea sólo desconcierto.

MOMENTO IV

Y después, las arrugadas sábanas

por entre las baldosas serpentean;

los cajones volcados, vacíos los estantes

y roto el estilete tras obstinado estupro.

Mas si él tuvo la fruta del verano

y la ilusión de amor casi duró una hora,

quién fue el depredador y qué lo más valioso.

SIEMPRE NOCTURNO

Cada noche implacable, cada noche,

la ginebra cimbrea visiones y deseos,

y un lamento de intolerable ansia

dice llamarse música exhausta se sucede.

Y el neón carmesí, cordoncillo enredado

en la pálida estrella de la aurora

sólo es sangre delgada. Despedida.

espero haberte ayudado

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