El hombre contemporáneo de que manera afecta la filosofía
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
El hombre de hoy se halla anclado en el positivismo decimonó-nico.
las ideologías, convirtiendo a éstas en objeto de profana fe. Bien es verdad que hay minorías que pretenden eludir el Escila y Caribdis de planteamientos metafíisicos o ideológicos y que, descartada la visión religiosa, viven en permanente desarraigo el absurdo de cada día como habitual.
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Puede afirmarse que el triunfo de las ciencias, con el fruto «todo-poderoso» de su tecnología, ha tenido consecuencias limitadoras para el espíritu. En nombre del ideal de la modernidad, los valores del espíritu sólo interesan en la medida que pueden ser fuente de poder; se han degradado a la categoría de medios para el dominio de la naturaleza y de la sociedad. He ahí el sentido de nuestros «saberes»
contemporáneos —la ciencia, la técnica y las ideologías. Sobre ellos se hace descansar el progreso y el bienestar, en la paz, y la victoria, en la guerra. Auténticos planteamientos de totalidad, con la debida consideración deóntica de los medios —referidos éstos a un marco ético, antropológico y metáfísico— brillan por su ausencia; más aún, tal pretensión resultaría anacrónica dentro de nuestro horizonte positivista, pues en él sólo tiene sentido, en términos de estrategia, hablar de «objetivos». Esta ausencia de orientación hacia fines últimos y supremos, explica el que los científicos atómicos pusieran de manifiesto la responsabilidad moral que sobre su actividad pesaba
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También resulta comprensible que, incluso en el campo militar, se desarrolle una logística de la defensa psicológica o ideológica de la sociedad; conocido es por todos cómo hoy se puede tomar una sociedad sin dar un solo tiro.
No es éste momento para exponer con detalle los fenómenos y los síntomas del malestar imperante en los individuos, en la sociedad y en la cultura de nuestro tiempo.