Historia, pregunta formulada por maguiicalixto, hace 9 meses

el aspecto politico de la crisis del siglo XIV y la actual pandemia

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Contestado por angeljara49
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Estas crisis van acompañadas de sucesos luctuosos: las sucesivas guerras en Asia y el Medio Oriente, las ocupaciones militares, sobre todo por parte de Estados Unidos; el terrorismo y el ataque a las Torres Gemelas, precedidas en nuestro caso por el atentado a la AMIA y a la embajada de Israel, repetidos luego en Europa.

Las extremas desigualdades sociales, el hambre y las enfermedades en gran parte del mundo, representan por sí mismas millones de muertos. Posiblemente no tanto como el desgraciado siglo XX con la gran depresión de los años '30, las dos guerras mundiales, el holocausto, los distintos episodios de la guerra fría y especialmente la guerra de Vietnam.  

En todo caso, con esta nueva peste que sufrimos, los problemas actuales pueden quizás aceptar un ejercicio de comparación con las desgracias de fines del siglo XIV que significaron el principio del fin de un modelo económico: el feudalismo (aunque hubo que esperar varios siglos para su caída definitiva) y el nacimiento del mundo moderno. Es lo que los marxistas llamaron la transición del feudalismo al capitalismo.

La gran depresión medieval

En ese periodo se combinó la peste negra de 1348 que asoló varios años a Europa con la agonía económica de un sistema que había dejado de funcionar. Los cambios climáticos, el desequilibrio entre población y recursos naturales (que se expresaron en la gran hambruna de 1315 a 1317), la guerra permanente, la competencia entre los nuevos estados emergentes y la crisis de la deuda pública y privada constituyen también algunas características de nuestro siglo.  

Como señala el gran historiador Guy Bois en su libro La Gran Depresión Medieval: Siglos XIV-XV. El precedente de una crisis económica (Universidad de Valencia-2001): “Queda por apreciar la conmoción (específica) provocada por la Peste Negra: una cuestión inmensa, a menudo inaprehensible y no obstante esencial. Una sociedad no pierde impunemente una fracción semejante de su población en unos meses sin ser sacudida cultural, social y materialmente. La dificultad del análisis se refiere al hecho de que los efectos más inmediatos no son necesariamente los más decisivos. En la estela de la epidemia se inscriben manifestaciones aberrantes que atestiguan sobre todo el desconcierto general”

“La peste agravó y prolongó de manera manifiesta la decadencia que sufría la sociedad occidental. Por un lado, la economía señorial, muy dependiente de la mano de obra asalariada, sufrió un golpe severo cuando ésta se volvió más escasa y más cara. Más grave aún: el impacto demográfico acentuó los efectos depresivos del impacto fiscal. Con el resultado de un hundimiento de la producción, y por tanto, del consumo. La epidemia no actuó como un factor aislado o aislable, se enmaraña con otros factores cuyos efectos amplifica.”

Es preciso señalar que muchos fenómenos actuales, pese a las impresionantes transformaciones económicas y tecnológicas producidas desde la revolución industrial, se parecen a los de ese capitalismo mercantil del fin de la Edad Media.  

La deuda

El incremento exponencial de la deuda en las distintas ciudades fue su principal característica.  

Como señala un catedrático español Antoni Furio Diego (en el diario El País, del 8 de enero de 2012) entre el 40 y el 80 por ciento del gasto público de las principales ciudades españolas en el siglo XIV estaba destinado a pagar intereses. Esto obligaba a crear nuevos impuestos, pero gran parte del esfuerzo fiscal iba manos de financistas y mercaderes que invertían en la deuda pública como hoy lo hacen los fondos de inversión.  

Todo ese mecanismo se basaba en las exigencias de las monarquías por los mayores gastos bélicos y por el desarrollo de los mismos estados, donde predominaban los gastos improductivos y el lujo. A esto se agregó una fuerte burbuja inmobiliaria que provocó el alza de los precios de la tierra y finalmente desordenes monetarios con grandes devaluaciones. En algunos países como en Francia la moneda perdió el 50 por ciento de su valor.  

La peste llegó con su terrible impacto que diezmó a la población europea (unas 25 millones de personas) agudizando la depresión.  

Quizás el ejemplo más singular de la sociedad de la épóca nos la da una obra teatral de Shakespeare, “Un libra de carne” publicada en 1600 pero basada en un relato “primera historia del cuarto día” que integra Il Picorone de Giovanni Fiorentino, obra que data a su vez de 1378 , en plena depresión y con las secuelas de la peste negra.

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