Química, pregunta formulada por alciravalentina, hace 11 meses

el acido estomacal y el jugo gastrico son los mismo?

Respuestas a la pregunta

Contestado por soybananopodrido
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Respuesta:

si son lo mismo solo que son sinonimos

Contestado por familiaburgso100
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Respuesta:La hiperacidez gástrica es un problema frecuente como lo confirman las cifras de ventas de los medicamentos para tratarla. Las causas pueden ser diversas, aunque a menudo no se debe a ninguna patología y está más bien relacionada con el estilo de vida actual donde abundan los nervios, el estrés y las comidas rápidas. También se asocia con frecuencia a la toma de ciertos medicamentos.

El jugo gástrico es un fluido ácido producido en el estómago, cuya presencia es absolutamente necesaria para que pueda iniciarse la digestión de los alimentos que ingerimos. El estómago está preparado para no verse afectado normalmente por las condiciones de alta acidez que se dan en su interior. Sin embargo, en ocasiones se produce un exceso de acidez o fallan los mecanismos naturales de protección y aparecen síntomas de dolor o quemazón que son los que conocemos como pirosis o “acidez de estómago”.

La acidez del jugo gástrico se debe al ácido clorhídrico secretado por las células parietales del estómago y resulta imprescindible para la activación del pepsinógeno, que se transforma en pepsina e inicia la degradación de las proteínas y, por tanto, la digestión. También estimula la secreción biliar y pancreática cuando el contenido gástrico alcanza el duodeno, además de favorecer la degradación de muchas de las bacterias ingeridas.

En condiciones normales, el revestimiento de mucus propio del estómago es suficiente para protegerlo de los posibles efectos nocivos del ácido. A veces por un exceso de secreción ácida, por haber ingerido alimentos irritantes o ciertos medicamentos, la mucosa puede llegar a irritarse y/o inflamarse. Esta patología se conoce como gastritis.

La infección por la bacteria Helicobacterpylori conlleva también una irritación importante en la zona y esta puede derivar en ulceración (úlcera péptica o duodenal).

Cuando por alguna razón, como la debilidad del esfínter esofágico asociada a la hernia de hiato o un exceso de presión intragástrica, se produce un retorno del contenido gástrico hacia el esófago, hablamos de reflujo gastroesofágico. Este causa un intenso malestar, porque la mucosa esofágica no está suficientemente protegida para entrar en contacto con ese nivel de acidez.

Antiácidos y antiulcerosos

Para aliviar la acidez gástrica se han usado tradicionalmente los llamados antiácidos. Estos son un grupo de compuestos que actúan localmente y cuya acción terapéutica consiste en neutralizar el ácido clorhídrico del estómago, sin afectar a su producción.

Se suelen distinguir dos tipos de antiácidos: sistémicos y no sistémicos, en función de que sean o no absorbidos en el tracto gastrointestinal.

Los sistémicos (como el bicarbonato sódico), son de acción rápida, poco duradera y con posible efecto rebote. Los no sistémicos (sales de aluminio, magnesio y calcio), tienen una acción más lenta y sostenida y no presentan efecto rebote.

Los antiácidos se comercializan solos o asociados con antiflatulentos, carminativos y espasmolíticos.

Aunque los antiácidos se utilizaron durante muchos años en el tratamiento de la úlcera péptica, han sido mayoritariamente sustituidos por dos generaciones sucesivas de fármacos, conocidos en su conjunto como antisecretores. Estos actúan inhibiendo la secreción ácida del estómago. Son altamente eficaces en el control de la acidez gástrica y son bien tolerados, pues presentan pocos efectos secundarios. Se trata de los antagonistas H2 y, sobre todo, los inhibidores de la bomba de protones.

En condiciones normales, el revestimiento de mucus propio del estómago es suficiente para protegerlo de los posibles efectos nocivos del ácido

A finales de los años ochenta se lanzó al mercado el omeprazol, el primero de la nueva clase de antisecretores, los inhibidores de la bomba de protones, que actúan a otro nivel, bloqueando directamente la bomba iónica que libera los iones H+ desde las células parietales hacia la luz gástrica. En general son más eficaces y aún mejor tolerados que los anteriores, por lo que se impusieron rápidamente Además, tienen también la ventaja de una mayor duración de su efecto terapéutico, lo que permite su administración en una única toma al día. Dentro de este grupo, además del citado omeprazol, contamos con el pantoprazol, el lansoprazol y el esomeprazol, entre otros.

Un importante número de pacientes, especialmente los polimedicados, utiliza estos medicamentos de forma crónica como gastroprotectores, acompañando a sus otros tratamientos para evitar sus efectos potencialmente lesivos para la mucosa gástrica.

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