ejemplos de situaciones donde se busca una ganancia secundaria
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
1. Supongamos que una persona se queda sin hogar. Entonces resuelve hacer una carpa improvisada en un descampado solitario. Si continúa allí, es posible que busque la forma de incorporar ciertas “comodidades” a su lugar de habitación.
Quizás consiga cartones para cubrirse mejor del frío e incluso puede comenzar a “amueblar” el lugar; además, por el lugar que ocupa no tiene que pagar impuestos o alquiler. No ha resuelto su problema básico de vivienda real, pero aún así, como puede, saca partido de la situación. Es lo mismo que ocurre con las ganancias secundarias de la ansiedad.
2. Es muy usual que la persona ansiosa reciba una atención especial por parte de quienes la rodean. Pueden considerarla “nerviosa” o demasiado sensible, o algo por el estilo. Por lo tanto, sin proponérselo en realidad obtiene el beneficio de mayor atención, y quizás consideración, por parte de los demás. Esto, sin darse cuenta, refuerza el estado negativo en el que se encuentra. Así operan las ganancias secundarias de la ansiedad.
La mayor atención de los demás no es lo único que se obtiene. La ansiedad también podría convertirse en un pretexto para no enfrentar el mundo y conformar una burbuja de protección. También para explicar multitud de conductas de negligencia, abandono o desidia. Así mismo, para justificar majaderías, faltas de responsabilidad e infantilismos. “Es que soy muy ansioso y por eso no puedo…”.
Explicación: