¿De qué manera los derechos contribuyen a la convivencia armónica?
¿Que compromido podríamos asumir para mejorar como sociedad?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
DERECHOS HUMANOS Y CONVIVENCIA EN LA COMUNIDAD EDUCATIVA: ACCIÓN – REACCIÓN ANTE UNA CRISIS DE HUMANIDAD desarrollo -, hasta los jueces y fiscales de los tribunales de justicia, que deberían entenderla primero, para poder impartirla después; pasando por unas familias cada vez más individualistas que los utilizan como arma arrojadiza, y un profesorado cuya formación dista mucho de incluir estos enfoques, por lo que solo entienden su parte más populista y tan mal interpretada como real, de tener derechos sin atender a responsabilidades. Todo lo cual no es sino reflejo de una sociedad enferma y deshumanizada en la que priman los materialismos y las apariencias, los insultos y las vejaciones, la violencia gráfica y el deseo de dominación, por encima de la fraternidad y la comprensión de nuestra vulnerabilidad, el amor (un derecho expresamente recogido en la CDN) y el valor de lo humano y de nuestra humanidad. Una tesis doctoral, entendemos es necesaria para, en primer lugar desterrar cualquier interpretación divulgativa, frecuentemente asociada a estos discursos, otorgando la certificación científica que lleva implícita. Y en segundo lugar, para validar la trascendencia de estos temas; así como esta y otras propuestas orientadas a trabajar en esta dirección, en el fomento de la convivencia en los centros educativos, en realidad, en la humanización de nuestra sociedad. En consecuencia, nos planteamos encontrar respuesta a las preguntas ¿qué ocurre en las aulas….? ¿Cómo y quién educa en Derechos Humanos? ¿Para qué sirve este tipo de educación? ¿Cómo viven los miembros de una comunidad educativa sus relaciones interpersonales? Para encontrar respuesta a estas preguntas consideramos necesario detectar necesidades de formación y de intervención relacionadas con los fenómenos de violencia que preocupan en el contexto escolar primero, con el fin de sentar las bases de un trabajo en actitudes predictivas y culturas preventivas de la violencia; a partir de las que poder establecer criterios globales que favorezcan las relaciones interpersonales de los miembros de una comunidad educativa, mejorando por una parte su aprendizaje y labor profesional respectivamente; y por otra, su desarrollo integral como personas.