d) ¿Qué aspectos favorecen la conformación de la identidad de los jóvenes?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Cómo se forja la identidad de un adolescente
¿Te has preguntado alguna vez quién eres? ¿Qué te define? ¿Cómo te describirías ante un desconocido? Lo que da respuesta a todas estas preguntas es la identidad. Esta es «el conjunto de rasgos y características que nos hacen diferentes a otros y que nos definen en este momento y lugar en concreto
Es considerada como un fenómeno subjetivo, de construcción personal, que se elabora simbólicamente en interacción con otros. También va ligada a un sentido de pertenencia a distintos grupos socioculturales con los que consideramos que compartimos características en común. Todo este maravillo proceso en el que el ser humano se define a sí mismo, se forja principalmente durante la adolescencia. Aunque no es algo estático, ya que se va modificando a lo largo de la vida.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la adolescencia como el periodo vital que va desde los 10 hasta los 19 años. Durante esta etapa, el joven pasa por infinidad de cambios físicos, psicológicos y sociales que conformarán el adulto que será en la posteridad. Según Erik Erikson, uno de los padres de la psicología del desarrollo, el mayor obstáculo al que debe enfrentarse el adolescente en su desarrollo es el establecimiento de una identidad. Preguntas como ¿quién soy?, ¿qué hago en la vida?, ¿hacia dónde voy? o ¿qué es lo que me hace diferente? aparecen con fuerza y giran en torno al concepto de identidad. Pero ¿qué es lo que más influencia a nuestros hijos a la hora de forjarla?
¿Rebeldía o búsqueda de identidad?
La adolescencia tiene el propósito principal de que la persona adquiera un compromiso de identidad del ‘yo’ y, por tanto, un aumento de confianza de su autoconcepto. El joven necesita confirmar que la manera en la que se ve a sí mismo tiene una continuidad con su pasado y, además concuerda con la percepción que los demás tienen de él. ¿Qué ocurre cuando hay discordancia? Es probable que aparezca la rebeldía. Este es un rasgo que se les suele atribuir a los adolescentes, pero lo cierto es que ni todos tienen por qué mostrarse así, ni todos tienen por qué hacerlo al mismo tiempo.
Factores que ayudan a forjar la identidad
Grado de maduración alcanzado por el adolescente. No todos lo hacen al mismo tiempo, por lo que no hay unos años concretos en los que todos los jóvenes encuentren quiénes son.
Estilos educativos parentales. Nuestra forma de comunicarnos y establecer límites a los niños va a influir mucho en su forma de ser en el futuro. Así los padres demasiado autoritarios tendrán hijos más dependientes y aquellos sobreprotectores fomentarán la falta de confianza.
Contexto sociocultural. Estos son aspectos predeterminados que también influyen en su identidad. Como su nombre y apellidos, la zona geográfica dónde nace, la cultura y el sistema de valores familiares.
Necesidad de adaptación social. La identidad del adolescente no sólo se forja a partir de la imagen que tienen de sí mismos (su autoconcepto), ni la que nosotros como padres tenemos de ellos, sino también por cómo les ven los demás, sobre todo sus iguales. Necesitan establecer una identidad personal para poder desarrollar su personalidad y, finalmente, aprender conductas adaptativas para vivir en la sociedad.
Crisis personales, sociales o vitales. Estas siempre suponen una oportunidad para el crecimiento personal, el autoconocimiento y por tanto ayudan a forjar el carácter.
En qué podemos ayudar los padres
Todos los padres intentamos orientar a nuestros hijos hacia lo que creemos que es lo mejor para ellos. Hay tres aspectos que están fuertemente implicados en el desarrollo de la identidad que, por nuestra parte, debemos aportar a nuestros hijos.
El amor incondicional. Una persona amada sin límites por sus padres, tendrá una aceptación por sí mismo saludable emocionalmente.
El sistema de valores. Transmitir un sistema de valores fuerte y bien cimentado sentará las bases de su moral.
El pensamiento crítico. Enseña a tu hijo a pensar, a cuestionarse, a preguntarse, a mirar con curiosidad hacia sí mismo y hacia el mundo que le rodea.
Por otro lado, es importante ser muy respetuosos en este proceso, no tratar de intervenir ni controlarlo todo, ser capaces de dejar que las cosas sucedas, dar tiempo a nuestros hijos, y entender que su rebeldía, su aislamiento o sus rarezas no tienen que ver con nosotros, sino que forman parte de un proceso que ha de transitar.
Explicación:
espero que te ayude y sirva