Cuento corto sobre la luna y el sol
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
leyenda el sol y la luna
Explicación:
Cuenta la leyenda que cuando la tierra estaba en la oscuridad, era siempre de noche. Los más poderosos, que vivían en el cielo, se reunieron para crear el Sol y que hubiera luz en la Tierra. Se citaron en Teotihuacán, una ciudad que había en el cielo. Bajo ella, como un reflejo, estaba la ciudad mexicana del mismo nombre.
Se dice que en esa ciudad celeste de Teotihuacán, encendieron una enorme hoguera. Aquel poderoso que quisiera convertirse en el Sol, debía saltar esta hoguera para resurgir como el Sol.
Se presentaron dos candidatos para ser el Sol: el Primero era grande, fuerte, hermoso y rico y además, estaba vestido con ropas de lujo y adornado con piedras preciosas. Este ofrecía a sus compañeros oro y joyas como muestra de su orgullo.
Por otro lado, el Segundo era pequeño, débil, feo y pobre; su piel estaba cubierta de llagas, y estaba vestido con su ropa de trabajo. Como el Segundo era un ser muy pobre, sólo podía ofrecer la sangre de su corazón, sus buenos y humildes sentimientos.
Cuando llegó la hora de saltar la enorme hoguera, el grande y rico no se atrevió, tuvo miedo y salió corriendo, sin embargo, el Segundo, que era muy valiente, dio un salto enorme sobre la hoguera y salió convertido en el Sol.
El Primer candidato al verlo convertido en sol, sintió vergüenza y sin pensarlo mucho tomó carrerilla y saltó la hoguera. Y en el cielo apareció un segundo Sol. Los demás Poderosos estuvieron de acuerdo de que no podían existir dos soles en el firmamento, así que decidieron apagar al Segundo, para eso, tomaron un Conejo por las patas y con mucha fuerza lo lanzaron contra el segundo Sol. El brillo de este disminuyó rápidamente y tras poco tiempo, se convirtió en la Luna.
Respuesta:
Un niño y una niña vivían con su madre en una casita en un valle. Un día la madre fue a trabajar a un banquete que se daba en otra ciudad.
Antes de irse, la madre les dijo sus hijos: “Hoy tengo que ir a trabajar a una casa a veinte cuestas de aquí. Cuando oscurezca cerrad bien la puerta y no abráis a nadie hasta que vuelva yo”. Los niños obedecieron y se despidieron de ella.
Cuando su madre terminó de trabajar ya era de noche. Colocó sobre su cabeza el paquete de pasteles de arroz que le habían regalado para sus hijos y partió. La madre caminaba por las calles con mucho miedo porque se oían aullidos y ruidos de animales salvajes, aunque andaba con ganas por llegar a casa y darles los pasteles a sus hijos.
Al cruzar la primera cuesta se topó con un tigre que, olfateándola, le preguntó qué llevaba sobre su cabeza. La madre le dijo que eran pasteles para sus hijos, a lo que el tigre contestó “Si me das un pastel no te comeré”. La madre se lo dio enseguida y se fue corriendo con temor. Al cruzar la segunda cuesta volvió a encontrarse con el tigre, que le amenazó de la misma manera. La escena se repitió hasta la cuesta duodécima y los niños ya podían ver a su madre desde la casa.
La madre entregó el último pastel al tigre y salió corriendo a refugiarse en su casa, pero cuando llegó se dio cuenta de que los niños habían salido por la puerta de atrás y, asustados, se habían subido a un árbol. El tigre les había visto esconderse entre las ramas, se dirigió hacia allí y trató de trepar hasta ellos para atraparlos.
El niño, muy asustado, empezó a rezar a los dioses: “¡Dios del cielo, si quieres salvarnos la vida, envíanos una soga!”. Al momento cayó una cuerda, los niños se agarraron a ella y poco a poco subieron hasta desaparecer entre las nubes.
El tigre, enfadado, no se rindió y también rezó a los dioses: ¡Dios del cielo, apiádate de este tigre hambriento, envíame soga!”. Enseguida bajó otra cuerda, el tigre se agarró a ella y empezó a subir. Cuando estaba a punto de desaparecer entre las nubes la cuerda se rompió y el tigre cayó. Los Dioses le habían enviado una cuerda podrida por sus maldades. El tigre se hizo tanto daño que huyó y no volvió allí nunca más.
Los niños, que habían subido más allá de las nubes, se convirtieron en el Sol y la Luna.
Explicación: