cuáles son los valores de la lengua náhuatl?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
• El trabajo
Por medio de la etnografía descifré la lógica nahua: las relaciones sociales surgen de la circulación del trabajo o tequitl, se constituyen en el flujo de la fuerza o chicahualiztli y por medio de la reciprocidad, entendida como la acción de amar y/o respetar (tlazohtla, tlacaiita). Los lazos rituales y bioló- gicos que convencionalmente se reconocen como grupo doméstico, de pa- rentesco o de la cosmovisión, se configuran de acuerdo a estos principios2. A continuación los exploro en relación con la vida doméstica y comunita- ria.
El concepto de tequitl o trabajo incluye todas las actividades ne- cesarias para la producción material pero no las privilegia; tequitl también abarca acciones tan diversas como las siguientes: hablar a otros, dar con- sejos, persuadir o convencer; compartir conocimientos, enseñar algo a otro; curar, hacer ofrendas, rezar; cantar, bailar, tocar música. Tequitl se aplica además a las relaciones sexuales, la reproducción biológica, la muerte; al tomar y comer en fiestas, participar en rituales, acompañar a otro como parte de “su gente” en algún acontecimiento público.
• El Amor y el Respeto
Para los nahuas, una relación entre personas existe solamente si se expresa en acciones concretas a través del tiempo. La identidad individual, las unidades domésticas y la estructura política social del pueblo dependen de la circulación, entre todos, del trabajo y de los bienes en redes de intercambio recíproco. Los nahuas hablan de estos intercambios con dos términos estrechamente vinculados, tlazohtla o tlazohtlaliztli (amar o amor), y tlacaiita o tlacaiitaliztli (respetar o respeto). Amar y respetar a otra persona implica compartir con él o ella los bienes y el trabajo; el amor y el respeto no pueden existir como emociones y sentimientos abstractos; tienen que manifestarse en constantes intercambios de trabajo y bienes.
• Fuerza, la energía vital y la acción de nutrir
Otros conceptos que figuran en el ciclo vital de las personas y los grupos domésticos son la “fuerza” y huapahua (Good 2005b). En el léxico local, fuerza connota el uso de la energía, la perseverancia, el poder; el carácter y el corazón o espíritu personal para llevar a cabo un objetivo. Emplean fuerza para referir a las actividades físicas, pero también a empresas ritua- les, artísticas e intelectuales, igual que tequitl o trabajo. El equivalente más cercano en nahuatl es chicahualiztli; al trabajar uno transmite su fuerza y, al recibir los beneficios del trabajo de otro, se recibe su fuerza. En realidad, fuerza y chicahualiztli se refieren a la energía vital combinada con la fortaleza física y espiritual que los humanos requieren para enfrentar las exigencias de la vida.
En la fenomenología local el concepto huapahua está íntimamente relacionado con esta circulación del trabajo y la fuerza que socialmente genera las personas. El uso normal de esta palabra se refiere al proceso de criar a un niño desde el parto y la lactancia; abarca todas las atenciones que requiere durante la infancia: bañarlo, lavar la ropa, cargarlo, dormirlo, alimentarlo, curarlo en caso de enfermedad. El trabajo físico que recibe el niño es una transmisión de fuerza que, a su vez, lo ubica y lo compromete dentro de una red recíproca social. El concepto de huapahua se extiende, además, a lo que yo llamaría la transmisión de la cultura: enseñar a un niño a hablar y a trabajar en las tareas apropiadas; instruirlo en la vida ritual y el comportamiento correcto en situaciones sociales. La relación de crianza - darle al niño el trabajo y la fuerza de uno genera la base de la paternidad o la maternidad. Es frecuente que otras personas, y no los padres biológicos, asuman este papel y críen a los niños. En estos casos, los niños usan los términos nahuas correspondientes a “mi madre” y “mi padre” para las mujeres y los hombres que intervinieron en su crianza y, por lo mismo, pueden llamar madre o padre a varias personas, mientras llaman a su madre y padre biológicos por sus nombres de pila.
Explicación:
Hoy, es la lengua indígena mexicana con mayor número de hablantes (alrededor de millón y medio). Además, es y ha sido un idioma valioso por su importancia histórica (de una civilización desarrollada lejos del viejo mundo), lingüística (es aglutinante no indoeuropeo), literaria y hasta nacionalista.