¿Cuales Fueron Los Dioses Mas Importantes Para Los Muíscas?
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Sue (El Sol): era el padre del partenón muisca y su templo estaba en Sugamuxi o Suamox (Sogamoso), ciudad sagrada del sol. Era este el dios más venerado, especialmente por los súbditos del Zaque que se consideraban hijos de Xue y que le rendían culto a base de sacrificios humanos muy sangrientos y del consumo de ojos de niños, los cuales eran extraidos en el momento mismo del ritual.
Chía (La Luna): su templo estaba en lo que hoy conocemos como el municipio de Chía y era venerada especialmente por los súbditos del zipa, que se consideraban sus descendientes.
Bochica: este misterioso personaje no era propiamente un dios, pero era digno de gran veneración. Como sucede con seres mitológicos de otros pueblos, quizá se trate de un antiguo jefe o héroe inmortalizado en los relatos que protagoniza. Dice de él el relato que en la sabana, vivían los muiscas, pero se habían cansado de las inundaciones, que podían ser causadas o por Huitaca, la hermosa y malvada mujer, o Chibchacum (el protector de los agricultores). Entonces, del cielo salió un arco iris, y de él bajó un hombre blanco, con barbas blancas y túnica. Éste dijo llamarse Bochica y les enseñó a tejer. Bochica escuchó las quejas de los muiscas sobre las inundaciones, y con su bastón de oro partió dos piedras al borde del precipicio donde terminaba la sabana y salió toda el agua, creándose el salto de Tequendama. Bochica castigó a Huitaca y Chibchacum. A la primera la convirta en lechuza, y obligándola a cargar el cielo. A Chibchacum, lo obligó a cargar la tierra, y cada vez que se la cambia de hombro, la tierra tiembla. Se creía que los zipas eran descendientes de la luna (Chía) y los Zaques del sol (Xue).
Bachué: la madre de los muiscas. Dice de ella el relato que un día, de la laguna de Iguaque, salió una mujer esbelta y bella, con un niño en sus brazos. Ella (Bachué), se sentó a la orilla de la laguna y esperó hasta que su hijo creciera. Cuando este alcanzó la edad suficiente, se casaron y tuvieron muchos hijos, siendo estos hijos los muiscas. Bachué les enseñó a cazar, cultivar, respetar las leyes y adorar a los dioses. Bachué fue tan buena, que los mismos muiscas se referían a ella también como Furachoque (‘mujer buena’, en chibcha). Cuando ya eran muy viejos, Bachué y su Hijo-Esposo decidieron volver a Iguaque y se convirtieron en serpientes sumergiéndose en el lago. Ese día los muiscas, a pesar de su tristeza sabían que Bachué, su madre, era feliz. De la leyenda existen otras versiones. Por ejemplo aquella que dice que después de sumergirse en Iguaque, Bachué asciende al cielo para converirse en Chía, mientras que en otros versiones Chía es una diosa diferente de Bachué
Chía (La Luna): su templo estaba en lo que hoy conocemos como el municipio de Chía y era venerada especialmente por los súbditos del zipa, que se consideraban sus descendientes.
Bochica: este misterioso personaje no era propiamente un dios, pero era digno de gran veneración. Como sucede con seres mitológicos de otros pueblos, quizá se trate de un antiguo jefe o héroe inmortalizado en los relatos que protagoniza. Dice de él el relato que en la sabana, vivían los muiscas, pero se habían cansado de las inundaciones, que podían ser causadas o por Huitaca, la hermosa y malvada mujer, o Chibchacum (el protector de los agricultores). Entonces, del cielo salió un arco iris, y de él bajó un hombre blanco, con barbas blancas y túnica. Éste dijo llamarse Bochica y les enseñó a tejer. Bochica escuchó las quejas de los muiscas sobre las inundaciones, y con su bastón de oro partió dos piedras al borde del precipicio donde terminaba la sabana y salió toda el agua, creándose el salto de Tequendama. Bochica castigó a Huitaca y Chibchacum. A la primera la convirta en lechuza, y obligándola a cargar el cielo. A Chibchacum, lo obligó a cargar la tierra, y cada vez que se la cambia de hombro, la tierra tiembla. Se creía que los zipas eran descendientes de la luna (Chía) y los Zaques del sol (Xue).
Bachué: la madre de los muiscas. Dice de ella el relato que un día, de la laguna de Iguaque, salió una mujer esbelta y bella, con un niño en sus brazos. Ella (Bachué), se sentó a la orilla de la laguna y esperó hasta que su hijo creciera. Cuando este alcanzó la edad suficiente, se casaron y tuvieron muchos hijos, siendo estos hijos los muiscas. Bachué les enseñó a cazar, cultivar, respetar las leyes y adorar a los dioses. Bachué fue tan buena, que los mismos muiscas se referían a ella también como Furachoque (‘mujer buena’, en chibcha). Cuando ya eran muy viejos, Bachué y su Hijo-Esposo decidieron volver a Iguaque y se convirtieron en serpientes sumergiéndose en el lago. Ese día los muiscas, a pesar de su tristeza sabían que Bachué, su madre, era feliz. De la leyenda existen otras versiones. Por ejemplo aquella que dice que después de sumergirse en Iguaque, Bachué asciende al cielo para converirse en Chía, mientras que en otros versiones Chía es una diosa diferente de Bachué
satorrkr13:
espero que sirva
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sue y chia
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