Ciencias Sociales, pregunta formulada por sanchezelizabet20061, hace 9 meses

cual fue el papel de la mujer en la politica latinoamericana a comienzos del siglo xx


lilimivida987: una mujer fue electa presidenta de un país latinoamericano y estuvo en el gobierno hasta 1996 fecha en que constitucionalmente su mandato concluyó, fue Violeta Barrios de Chamorro en Nicaragua viuda de famoso líder opositor asesinado Aunque Isabel Martínez de Perón ya lo fuera en Argentina (1974–1976) viuda de presidente—

Respuestas a la pregunta

Contestado por davitcolcherett2020
4

Respuesta:

Participación política de mujeres en Latino América: Algunos Avances y muchos retos. ... Por un lado encontramos 4 países en los que sus parlamentos tienen más de 40% de mujeres electas: Bolivia, México, Ecuador, y Nicaragua, lugares donde se ha aprobado la paridad y alternancia en listas electorales

Contestado por luisangelrayden
2

Respuesta:

[...] en 1990 [...] una mujer fue electa presidenta de un país latinoamericano y estuvo en el gobierno hasta 1996 fecha en que constitucionalmente su mandato concluyó, fue Violeta Barrios de Chamorro en Nicaragua —viuda de famoso líder opositor asesinado—. Aunque Isabel Martínez de Perón ya lo fuera en Argentina (1974–1976) —viuda de presidente— y Lidia Gueiler —brevemente— en Bolivia (1979–1980), a través de procesos de asignación sin previa elección popular, y que a su vez sufrieron sendos golpes de Estado que las derrocó del poder. Rosalía Arteaga, a modo de anécdota, ocupó fugazmente la presidencia de Ecuador por dos días en medio de un conflicto político importante en el país a inicios de 1997. Dos años más tarde fue electa Mireya Moscoso en Panamá —viuda de Arnulfo Arias— (Fernández, 1999:46).1

Si bien hasta hace poco se decía que las mujeres no eran consideradas capacitadas para ejercer un cargo político, hoy las cosas parecen estar cambiando. En últimas fechas varias encuestas y reflexiones sobre América Latina apuntan de forma clara y tajante cómo tiene lugar "una revolución profunda en los roles de género y los tiempos del cambio que están feminizando a la política latinoamericana" (Buvinic, 2006:1). Y si bien la revalorización del tema se ha incrementado al calor de Michelle Bachelet en Chile, no es menos cierto que hay cifras y noticias anteriores que van en dicho rumbo. Y es que según los datos de Gallup para el BID y Diálogo Interamericano, en el 2000: "la mayoría de los votantes (57%) opinaba que las mujeres eran mejores líderes de gobierno que los hombres. Asimismo, más mujeres (62%) que hombres (51%) creía que éste era el caso" (Buvinic, 2006:2). Eso sí, también los liderazgos políticos son diferentes, y las presidentas mencionadas en la cita anterior presentan características tradicionales (Genovese, 1997), muy distintas a las de las nuevas líderes en el mundo y en América Latina (Bachelet, Merkel, Halonen...).

En primer lugar, y como señala el informe citado con anterioridad, las mejoras en el capital humano, en el sentido de la adquisición de más capacidades por parte de las mujeres para asumir liderazgo, tienen relación directa con los grados de escolaridad, en el caso latinoamericano las niñas superan a los niños (Buvinic y Roza, 2004). En segundo lugar, la apertura cultural a la participación femenina en la vida pública, que mucho tiene que ver con las luchas históricas de las mujeres y los movimientos al respecto, toda vez que con las transformaciones, la globalización (Beck, 2004) y la revolución en las telecomunicaciones (Castells, 1998). Sin olvidar los cambios en la política hacia la "no política" o la "subpolítica" (Beck, 2002). Un tercer aspecto es la democratización en la región. Un cuarto, la legislación favorable en el ámbito internacional, de cada país —con comisiones parlamentarias para los temas de las mujeres; oficinas especiales; programas específicos—. En quinto lugar, la acción afirmativa y las cuotas que garantizan un mínimo de presencia numérica y que han sido una herramienta efectiva en el aumento de las legisladoras, por ejemplo (Buvinic y Roza, 2004).

LAS DIFICULTADES DE LA PARTICIPACIÓN POLÍTICA FEMENINA: EL "TECHO DE CRISTAL", EL "SUELO ENGOMADO"

La relación entre la mujer y la política siempre ha sido vista como conflictiva, compleja y ambivalente. Varias, importantes y justificadas razones han dado lugar a esta situación; una de ellas, la expulsión histórica de las mujeres de la política formal, otra, la tardía incorporación al sufragio (Chaney, 1971). Además de los diversos obstáculos que existen en el sistema político para la participación femenina, están los "nudos" generados por las mujeres, desde la no coincidencia en prioridades y enfoques temáticos, hasta la dificultad de acceso en sí por la discriminación de posiciones cuando se accede a un ámbito típicamente masculino (Kirkwood, 1984). No obstante las limitaciones y los obstáculos, es importante visualizar las oportunidades, posibilidades, el aprovechamiento de espacios y grietas (Sojo, 1985). Y en este camino la reconceptualización de la democracia y la ciudadanía son importantes (Astelarra, 1986; Arizpe, 1987; Jelín, 1987), desde las interpretaciones de aprehensión de la política por parte de las mujeres (Kirkwood, 1981, 1982, 1983; Vargas, 1985, 1986), hasta la influencia de las formas organizativas a la hora de la participación femenina (Bonder, 1983, 1986; Caldeira, 1987; De Barbieri, 1992), sin olvidar la definición de la política misma (Sojo, 1985).

Explicación:


sanchezelizabet20061: gracias
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