¿Cuál es la intención final que crees que tienen las obras de Pamela Pazmiño?
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En el arte, la feminidad (universo mutable y disímil) sigue oculta tras el velo del misterio. Desde los mitos griegos, casi todas las pasiones han sido representadas y narradas, pero lo femenino continúa oculto. Penélope o Antígona, paciente u obcecada, la mujer de cada obra ha sido un acercamiento a un mundo que mantiene la oscuridad de un abismo pese al vértigo de su encanto. En ese sentido, la primera muestra individual de la artista Pamela Pazmiño tiene el mérito de narrar lo indescifrable. Hace poco más de un año, ella se propuso montar una obra que explorara lo femenino y la llevó al campo visual en una mutación corporal hacia soportes como la pintura, grabado, collage, instalación, video arte y video mapping. (Esta última técnica consistente en proyectar imágenes sobre superficies reales para conseguir efectos que simulen movimientos). Su muestra fue posible luego de que ganó en la categoría Artes Visuales, los ‘Fondos SECU 2014’ para la creación artística que organiza el Cabildo quiteño. Durante su inauguración, el pasado viernes, Mariana Andrade, secretaria de Cultura del Municipio de Quito, quien se definió como una ‘servidora de la cultura’, manifestó que estos fondos seguirán designándose a la producción cultural luego de su primera edición, “quizás ya no de manera concursable sino a través de la aprobación de proyectos” artísticos. Pamela Pazmiño, quien es pintora y diseñadora, aborda temas como las relaciones entre géneros, el femicidio y la concepción que le han provocado “diversas perspectivas de la mujer. La intención de esta muestra —cuenta— no ha sido solamente la de producir sino la de generar un espacio de diálogo para la discusión de estos temas a través de la producción audiovisual”. El díptico ‘Femicidio boca arriba’ - ‘Femicidio boca abajo’ (un híbrido figurativo de tinta china y de ilustración, aerosol, impresión digital y collage sobre lienzo) muestra dos escenas de un asesinato en que no se ve el rostro de la víctima. “He tratado de manejar la violencia de género de una manera poética, nada grotesca —comenta la autora de ‘Apariciones’—. No se trata de un activismo efervescente a través del arte sino a través de una poética y por eso incluyo metáforas, como la flor que cubre el rostro de estas mujeres que son una representación de muchas otras”.