¿Cuál es la causa qué de la ruptura la unidad de la comunidad humana?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Esta tesis es una exposición de las principales aportaciones que han configurado el esquema teológico de los efectos que produce el peca-do como ruptura de cuatro relaciones: del hombre con Dios, consigo mismo, con los demás y con todo lo creado. Este esquema ha sido tenido en cuenta por el Magisterio de los úl-timos años. En la Constitución Gaudium et spes 13, el elenco de las rupturas del pecado aparece por primera vez en un documento oficial de la Iglesia. Se consagra más tarde en la Exhortación apostólica Re-conciliatio etpaenitentia, pues tanto los efectos del pecado como los de la redención-liberación son explicados recurriendo al esquema de esas relaciones. Y el Catecismo de la Iglesia Católica estructura con él las enseñanzas sobre la armonía en que fue constituido el hombre, las fracturas producidas por el pecado y la comunión restaurada por el sacramento de la penitencia. Tal y como ha sido utilizado por el Magisterio posconciliar, el es-quema procede de Santo Tomás de Aquino, que lo usa al hablar sobre los efectos del pecado. Pero el propio Santo Tomás lo atribuye a Santo Agustín. Según el obispo de Hipona, la razón que estaba sometida a Dios se apartó de Él por el pecado, y la pérdida de esta sujeción es la causa de que las facultades inferiores no se sometan a la razón, ni el cuerpo al alma. San Agustín sitúa al hombre según un esquema onto-lógico, de tal modo que la relación con Dios es esencial para la criatu-ra. Hay una causalidad en los efectos: el abandono de Dios produce un daño en la situación del hombre: el pecado afecta a la relación del hombre con Dios (muerte espiritual) y a la del alma con el cuerpo (mortalidad y concupiscencia). Tomás de Aquino recoge en buena medida las ideas de San Agus-tín, pero las enriquece y sistematiza. Al marco ontológico agustiniano añade la consideración de la ordenación al fin en el concepto de natu-raleza. El pecado obstaculiza la ordenación propia de la naturaleza.
286 EDUARDO POLO MADERO Además de exponer los efectos en la relación con Dios y en la natura-leza humana, se refiere también al daño que provoca el hombre en el mundo irracional. A este esquema que se fija en tres relaciones afectadas por el peca-do: la del hombre con Dios, la del hombre consigo mismo, y la del hombre con el mundo, la teología reciente añade la consideración del deterioro de las relaciones entre los hombres. En las primeras décadas de este siglo, se comenzó a destacar con vigor que el pecado supone también una fractura en la relación con los demás: es el llamado as-pecto «social» del pecado. Y esta consideración, que enriquece la ante-rior y que entronca con el desarrollo de lo que puede llamarse una fi-losofía personalista, acaba incorporándose al uso del Magisterio reciente. Así este esquema de las cuatro rupturas del pecado ha adquirido cada vez mayor uso, también debido a su sencillez y a su utilidad di-dáctica, pues permite expresar con más claridad la universalidad del pecado y de la Redención. En este trabajo vamos a seguir el desarrollo del tema. Hablaremos primero del esquema en San Agustín y en San-to Tomás de Aquino; y después, en la teología que prepara el Concilio Vaticano II y en el Magisterio reciente. Quiero concluir estas líneas agradeciendo al Dr. D. Juan Luis Lor-da, director de esta tesis, a quien debo muchas ideas, su inestimable ayuda en el desarrollo y culminación del trabajo. Agradezco asimismo a todos los que, de alguna manera, han contribuido a su realización.
Explicación: